Sin duda la llegada de Domingo Ramos suele ser especial cada año, después de 40 días de Cuaresma y largos preparativos el tiempo parecía que no se quería sumar al acontecimiento, y muy de mañana los persistentes aguaceros hacían temer lo peor, y así las cinco hermandades de esta jornada se reunieron en San José optaron por un cambio de horario y mitigar los riesgos de la climatología, y borrascas, ya que los partes apuntaban a una mejoría a lo largo de las siguientes horas.
La decisión sin duda resultó complicada en un año de cambios en la Carrera Oficial pero a la postre acertada tal, y como, fue evolucionando el día.
Conforme llegaban los hermanos las miradas a móviles y las preguntas eran constantes en los aledaños del templo de extramuros. La espera se hacía larga y los más impacientes eran los más pequeños, siempre numerosos por tradición en la cofradía que regresó a su iglesia fundacional el año pasado.
El pregonero de la Semana Santa fue el encargado de abrir la puerta de la iglesia que simbolizaba la apertura de las entrada de Jesucristo en Jerusalen y la primera cruz de guía del 2018 - este año restaurada junto con el libro de reglas, pértigas y varas - se dejaba ver ante la numerosa concurrencia que se agolpaba en los exteriores ante un fuerte y frio viento que no amilanó a las gentes de todas las edades deseosas de asistir al esperado momento.
Su director espiritual quiso recordar a los cristianos perseguidos en el mundo, y por las personas solidarias donantes de organos, entre otras peticiones que se sumarían antes de comenzar la estación de penitencia.
La primera levantá del paso de misterio de Manuel González Bejarano correspondió al pregonero Juan Carlos Torrejón Belza. A continuación la Agrupación Musical Polillas hizo sonar los primeros acordes que se escuchaban de la Semana Santa gaditana antes de que el paso de misterio portado por los cargadores al mando del capataz Jesús Peña comenzara a cubrir los primeros metros entre una atestada avenida que pudo recorrerla sin problemas, después de que el año pasado no lo pudiera efectuar por el fuerte viento.
La Virgen del Amparo fue recibida también por una gran ovación cuando salió de su sede canónica en un cielo que cada vez parecía mas limpio, el viento disminuía y los temores se disipaban. La primera levantá repetía el pregonero Torrejón Belza. El acompañamiento musical de la Banda Nuestra Señora del Carmen de Villalba de Alcor acompaño al palio hasta la calle Novena y la Banda Municipal Mestro Paco Tenorio de Arriarte de Málaga hasta su recogida.
En San Lorenzo, 45 minutos después de su horario oficial, abría las puertas el templo de la calle Sagasta para que la cruz de guía comenzará la estación de penitencia en cuanto la hermana mayor, Inmaculada Ruiz Gené, dio la orden, y una vez comprobado que los partes meteorológicos no entrañaban riesgo de lluvias.
La estrechez de la puerta de la iglesia puso a prueba siempre la complicada maniobra de la salida del paso de misterio portados por los cargadores al mando el capataz Manuel Ruiz Gené. La banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo de los Milagros, de Sanlúcar acompañó la imagen tapizada a sus pies con una alfombra de claveles rojos y que a su regreso caminó por primera vez por calles como Gaspar del Pino, Benjumeda o Marques del Real Tesoro.
Momentos emocionantes resultó también en el paso de palio de María Santísima de la Caridad a los sones musicales de la Filarmónica de Conil ya que una de las velas rizadas fue ofrendada por los niños de la Archicofradía, en recuerdo y homenaje a todos los niños del mundo que sufren y son víctimas de la violencia y el maltrato, representados en el pequeño Gabriel Cruz, cuyo nombre bajo el símbolo del pez figuraba en el cirio votivo junto a uno de los varales.
Los diez años del Despojado se sumaron a la alegría de los hermanos sabedores de que finalmente harían su estación de penitencia tras conjurarse la amenaza de las inclemencias del mal tiempo. El aniversario regaló imagenes inéditas, y muy captadas por los fotografos, como fue el paso por los arcos de la Puerta de Tierra tras tener que desviar su habitual recorrido por el Paseo Marítimo por las obras del carril bici. La fuerza del viento parecía descender y engrandecía el Domingo de Ramos con otra instantanea novedosa en la plaza de San Juan de Dios ya que coincidieron los pasos de la Caridad de las Penas, la Sagrada Cena y el de la hermandad del colegio de los extramuros.
La Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Sangre de Sevilla fue testigo le acompañó por las distintos espacios de la ciudad. José Antonio Perdigones, el hermano número uno, y uno de los fundadores de la hermandad salesiana, protagonizaba de la primera levantá. Casi trescientos penitentes y mucha juventud entre sus filas son los que muestran el prometedor futuro que le espera a la cofradía.
La Sagrada Cena también se sumaba a las muestras de solidaridad por los últimos sucesos que han estremecido a la sociedad con los más débiles hace muy poco tiempo, y un cirio figuraba entre la penitencia con la simbología del pescaito en recuerdo al niño almeriense asesinado. Demasiada sangre inocente como también la de los recientes pequeños de Getafe como recordó el dominico Pascual Saturio.
El amplio paso salió al encuentro de los fieles que aguardaban en gran número en el exterior de la iglesia conventual en una maniobra siempre delicada por sus amplias dimensiones pero llevada con éxito por los cargadores bajo las indicaciones de Eduardo Doeste.
Musica con sabor manchego ofrecido por la banda de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado de Valdepeñas que se estrenaba para la ocasión. Como siempre la bajada de la calle Sopranis resultó sobría y muy lucida. En San Juan de Dios esperaba el encuentro con las otras hermandades en la tarde que de invierno mutaba a la primavera más esplendorosa. El público lo agradecia y muchas personas daban calor a una vispera que cada vez se hacía más agradable ya que el frío y el viento cesaban gradualmente. Los cirios ardían y los cortejos marchaban sin contratiempos.
San Agustín abría sus puertas a las ocho para que Humildad y Paciencia comenzará su estación de penitencia después de un domingo de incertidumbres. La talla de Jacinto Pimentel doblaba por la calle San Francisco bajo los sones la banda de cornetas y tambores de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caidas de Arcos de la Fronteras. Por detrás Nuestra Señora de la Amargura con la banda de música roteña de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
El regreso por Valverde, Barrié y San Pedro de la hermandad agustina se sumó a las muchas novedades que ha vivido este Domingo de Ramos en Cádiz comenzando por la hora, la nueva Carrera Oficial y un tiempo que de temporal cambió afortunadamente al sol más espléndido lo que engrandeció esta primera jornada de la Semana Santa, y que aguarda para este Lunes con aires viñeros y franciscanos.
Año
2018
Imágenes
Fecha