El primer pilar para la fundación de la Hermandad Sacramental y de Penitencia de la Santa Cena y Nuestra Señora de los Santos y Esperanza se coloca el 6 de junio de 1960, gracias al prior de Santo Domingo en aquella fecha, el dominico fray Pablo del Olmo y su primer hermano mayor, José Luis Sancho Mejías, quienes adquieren un grupo escultórico que habían quedado depositados en el convento dominico, pensando en fundar una hermandad de penitencia. Siendo este hecho reafirmado el 13 de abril de 1963 cuando la autoridad eclesiástica la erige canónicamente.
En sus primeros años sólo atendía el culto interno y su labor social, cayendo al poco tiempo en un estancamiento del que pronto se recupera; realizando su primera salida procesional en 1970, sólo el paso de misterio. La Virgen de los Santos y Esperanza, talla de propiedad particular, sólo procesiona en el año 1977 y lo hace desde un tinglado instalado en la calle Higuera (al no obtener permiso para hacerlo desde Santo Domingo), donde se monta un paso de palio con enseres cedidos por la Archicofradía de la Merced, Cofradía de las Cigarreras, Cofradía de la Borriquita y Archicofradía del Carmen. Desde entonces no se ha vuelto a realizar un culto interno o externo a la Señora. En la década de los noventa la hermandad comienza un engrandecimiento en su patrimonio al decidir realizar nuevas tallas titulares y para el misterio, al igual que se sustituye el paso procesional por uno más acorde a la estética cofrade.
El 4 de septiembre de 2003 el cabildo de hermanos decide modificar las advocaciones de los titulares pasando a denominarse Nuestro Padre Jesús del Milagro en la Sagrada Cena y María Santísima Reina de Todos los Santos; cuestión que es aprobada en el primer semestre de 2004 por el Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías y por el Obispado de Cádiz y Ceuta. En dicho cabildo también se aprueba la inclusión en la vida de la hermandad el culto interno a la Pura y Limpia Madre de Dios.
La sede canónica es la Iglesia conventual de Santo Domingo (Compás de Santo Domingo). La orden dominicana estableció en Cádiz un hospicio en 1630, logrando fundar su convento nueve años más tarde. La iglesia, santuario de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, fue iniciada por Antón Martín Calafate y Bartolomé Ruiz, y concluida por Luis de Lojo en 1666. A mediados del siglo XVIII fue reformada y tras el incendio de 1936 tuvo que ser reconstruida parcialmente. La planta es de cruz latina y consta de tres naves. Todo el interior está decorado con yeserías dieciochescas, en las que se mezclan motivos geométricos con rocallas.
Procesiona el
Las primeras imágenes con las que contó la hermandad, que representaban la institución de la Eucaristía, tenían como destino Cuba, pero debido al estallido de la revolución castrista en aquel país se quedaron en nuestra ciudad al ser detenida la expedición, depositándose en el Convento de Santo Domingo (1959-60). Con ellas decide conformarse el misterio de la corporación; fueron realizadas en los talleres de arte religioso de Olot (Gerona), adaptándoles unos cuerpos el escultor gaditano Miguel José Láinez Capote en 1970. Sin embargo, la hermandad decidió encargar un nuevo grupo escultórico al imaginero gaditano Luis E. González Rey, esculpiéndolo entre los años 1991 y 1994, siendo en 1995 cuando procesiona por primera vez el titular, anteriormente ya se fueron sustituyendo tres apóstoles cada año; el nuevo misterio muestra, una vez instaurada la Eucaristía, como Cristo anuncia la traición de uno de sus apóstoles.
María Santísima Reina de Todos los Santos:
La hermandad adquiere, tras aprobación de los hermanos en 2006 (concretamente el 17 de febrero), una talla de dolorosa al imaginero natural de Carmona Miguel Ángel Valverde Jiménez, realizada en madera de cedro, esculpida en el año 2004 y que se bendijo el 18 de octubre de 2009 como María Santísima Reina de Todos los Santos. La corporación rinde culto en la capilla de la Casa de Hermandad a la Pura y Limpia Madre de Dios, con una imagen de pequeño formato obra del imaginero gaditano Francisco Javier Geraldía Capurro en barro cocido, bendecida el 6 de abril de 2003.
El dorador sevillano Miguel Santana inicia el dorado del canasto en el verano de 2006.
Cuenta con imaginería menor realizada sobre modelos del imaginero Luis E. González Rey, figurando en la capilla delantera una imagen sedente de Santo Tomás y en la trasera otra de San Vicente Ferrer. Se ilumina con cuatro faroles de orfebrería dorada, realizados por José Brihuega, los cuales pronto serán restaurados y plateados para continuar acompañando al Señor.