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Después de una mañana muy intensa en la que recibieron desde primera hora de la mañana a todos los que acercaron a la iglesia para ver el misterio y el paso de palio, desde las tres de la tarde los hermanos de La Paz comenzaban a llegar hasta la parroquia del Carmen, la mayoría, ya vistiendo los hábitos nuevos con el antifaz en terciopelo rojo. Pasados veinte minutos de la tres de la tarde, el director espiritual de la cofradía, Francisco Víctor Fernández, se dirigió a los hermanos y regaló 50 rosarios para los cargadores “para que os acompañe la Virgen María”, dijo.
A continuación, fue el hermano mayor quien se dirigió a la cofradía antes de iniciar la salida procesional ante la atenta mirada de sus hermanos y del antiguo hermano mayor, enfermo, Manuel Rodríguez.
A las 15.30 horas se abrieron las puertas del Carmen, comprobando entonces que el Levante azotaba fuerte por la Alameda. Tras la cruz de guía, el primer tramo formado por niños de no más de 6 años que llamaron la atención de la alcaldesa de Cádiz, que también se encontraba en la salida procesional.
A continuación, fueron superando el dintel de la puerta de la parroquia el resto de hermanos hasta que tocó la hora del movimiento del paso de misterio desde el altar hasta la puerta. La cuadrilla dirigida por los hermanos Martín, Paco y Tomás, ordenaron la maniobra hasta conseguir, después de mucho trabajo, disponer en la calle a Nuestro Padre Jesús de La Paz que era portado en un paso de misterio, obra de Guzmán Bejarano, y que brillaba aún más fuerte su dorado restaurado gracias a la luz del sol. Una vez en La Alameda, y antes de que se interpretase la marcha Jesús de La Paz a las 15.50 horas, los miembros del grupo joven de la corporación realizaron la primera levantá. Y es que estos hermanos de la cofradía han donado el nuevo llamador que luce en el frontal del paso en que se ve a Jesús rodeado de niños.
Mientras que el paso de misterio ya comenzaba a lucir por la Alameda, los hermanos que formaban los tramos de la Virgen comenzaban a disponer a lo largo de la parroquia. Todos con sus cirios que, en la parte inferior iban marcados con una franja roja, para explicar el carácter de Sacramental de la cofradía, y el tesorero, portando la llave del Sagrario de la capilla de Vea Murguía.
Al fondo de la iglesia, junto al altar mayor, la Virgen del Amparo aguardaba en su palio, al que también se la ha sometido a la última fase de restauración de los respiraderos y se le ha cambiado la estructura del techo de palio por una de aluminio, a su salida. Los hombres de José Julio Reyero, acercaron el paso hasta la puerta que, después de una difícil maniobra consiguieron llevar hasta la calle mientras sonaba la Marcha Real. La primera levantá la realizó Catalina Gil, directora del colegio Argantonio. Con este gesto, la cofradía quería celebrar la efemérides que conmemora el centro educativo este año  -40 años- y agradecer su constante colaboración con la bolsa de caridad de la cofradía.
De nuevo, Amparo se encontraba con su ciudad, con su barrio y con su gente, y acompañaba a su Hijo en el difícil camino que le queda aún por superar hasta vencer a la muerte.
El paso de nuevo por la Alameda y por la plaza de Mina de la cofradía fue elegante, dejando atrás el fantasma del pasado año. Con ganas y con cuidado, las cuadrillas de ambos pasos supieron llevar con respeto a las imágenes titulares de la cofradía.

Imágenes
Salida triunfal desde la alameda
Salida triunfal desde la alameda
Salida triunfal desde la alameda
Salida triunfal desde la alameda
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