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Desde primera hora de la mañana, las puertas de Santo Domingo ya estaban abiertas, no eran aún las 9.30 horas cuando los turistas se mezclaban con los hermanos de Cigarreras dentro del templo de la Patrona de la ciudad.
Al entrar, en la tradicional mesa de venta de objetos de recuerdos de la cofradía muchos extranjeros podían admirar uno de los pasos más bellos y de más tradición en la ciudad. El Señor de la Salud y la Virgen de la Esperanza lucían como nunca. Y es no solo estrenando se luce. La apariencia es importante, pero más importante son los sentimientos, y éstos, estaban en el ambiente.
Dos nombres estaban presente, sin estarlo, en la cabeza y en el corazón de toda la familia cigarrera, Andrés Iglesia, miembro de la junta de gobierno de la hermandad, que falleció pocos días antes de la Semana Santa, y Julio Oliva, que tras 31 años procesionando, por primera vez no podrá estar por problemas de salud. Ambos han sido piedra angular en la reconstrucción de la cofradía y hoy están en la mente de todos y cada uno de los miembros que conforman esta gran familia.
A las diez de la mañana todos se sentaron alrededor de la “mesa” para así conmemorar el sacramento de la Eucaristía, y preparar su corazón para su estación de penitencia. Tras la celebración religiosa, llegó un desayuno de hermandad en el salón del Grupo la Gloria, tras los momentos de fraternización, llegó la vuelta al trabajo.
Enseres, organización, ajustes de última hora, y recibimiento de la visita institucional de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, acompañada por distintos miembros del actual equipo de gobierno.
Casi en un abrir y cerrar de ojos, la mañana se había ido, y las nubes iban y venían sobre Santo Domingo, pero sin llegar a encapotar el cielo.
Muchos recuerdos, vivencias y sentimientos en los momentos previos a la salida, como los de Paco, un hermano que cuenta su viaje a Sevilla con el Señor en el coche, y como les paró la Guardia Civil, que quedaron sorprendidos; o cuando su mujer se cayó y no quedó inválida gracias a pedírselo a la Virgen de la Esperanza. Bellos y bonitos momentos, algunos también difíciles, como aquellos en los que la cofradía vivió sus mayores problemas, hoy superados, gracias a figuras como las de Iglesia u Oliva.
Poco  a poco, se va acercando la hora, y llegaban las mujeres de mantilla, los acólitos, los hermanos penitentes y la penitencia, la larga penitencia que acompaña al Señor de la Salud y a la Virgen de la Esperanza. Salud y Esperanza, los que piden la gente del pueblo.
De repente llegó el aviso del Consejo de Hermandades y Cofradías de Cádiz del riesgo de un 40% de lluvia entre las 17 a 19 horas, y después de las 12 a las 3:00 bajaba la probabilidad al 30%. La cofradía, al igual que Las Aguas, decidió ir hasta Catedral, consultar un nuevo parte y decidir si continuaban o regresaban a Santo Domingo.
A las 17.15 horas llegó el momento en que abrían las puertas de la iglesia del convento dominico. La Cruz de Guía daba el paso a la comitiva, banderas, estandartes, bocinas y libro de reglas formando los tramos de hermanos de fila que acompañaban al Señor. Tras el movimiento dirigido por uno de los hermanos Martín, Paco, sonó el himno de España. Ya estaba en la calle  el Señor.  Al son de Jesús de la Salud y Alma Mía, el público comenzó a vibrar, al grito de “¡guapo, guapo!” mientras poco a poco iba bajando por la Cuesta de Santo Domingo, buscando la calle Plocia para continuar por la calle San Juan de Dios, Pelota y llegar a la Catedral para realizar su penitencia.
Llegó entonces el turno de la Esperanza Cigarrera. Emoción en el interior del templo, sobre todo de Paco Moscoso, que este pasado año ha sido su pregonero y que fue el encargado de dar el primer toque de martillo.
Mujeres de mantilla de riguroso negro preceden a nuestra Madre que pronto comenzará a procesionar. Y desfilan los acólitos, las banderas de nuestra Madre, y los penitentes, y lentamente. Y, un año después, vuelve a salir la Esperanza de Santo Domingo, arropada por una multitud de gente. Las nubes despejan el cielo para recibir a la Madre de Dios que hoy en las calles de Cádiz se hará presente. Suena Esperanza Cigarrera y el público se funde en aplausos. El palio, dirigido por Tomás Martín, enfila la bajada de Santo Domingo para llenar de Esperanza a Cádiz.

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Miércoles de salud y esperanza
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