Dudas e incertidumbres desde el Miércoles Santo. Y es que desde ese día ya se comenzaban a consultar en Santa María los partes meteorológicos. Y no eran demasiado buenos. La lluvia estaba presente durante toda la jornada, pero quizás los vientos se llevasen esas nubes. Pero no fue así, y desde por la mañana la intensa lluvia ya avanzaba lo que nadie deseaba, que el Nazareno, el Señor de Cádiz, no pudiese procesionar por las calles de Cádiz.
Además, la junta de gobierno debía actuar según el acuerdo firmado con la archicofradía del Rosario, donde se estipulaba que la cesión de paso de la Patrona se realizaría siempre y cuando no existiese más de un 30% de probabilidades de lluvias.
Pero avanzaba la mañana seguía lloviendo. A las 13 horas, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, presidía el acto de entrega de bastón de mando de la ciudad al Nazareno y la firma en el libro de la hermandad. Un acto que se cerró con el cante de saetas por Pepi la de Ignacio ante la presencia del Asociación de Mujeres de Mantilla.
Tras la reunión con las cofradías en el Consejo de Hermandades, la junta de gobierno decidía posponer su decisión hasta las 18 horas. A esa hora, los responsables de la hermandad se reunieron, tomando a las 18.50 horas la decisión de no salir a la calle. Más de 80 años habían pasado desde que el Señor de Cádiz no se quedaba en su casa. Siempre, y a pesar de las inclemecias meteorlógicas y de las circunstancias, el Nazareno se había reencontrado cada año con su ciudad. Pero en 2011 no pudo ser, y, sobre el paso de la Patrona la imagen presidía el vía crucis dirigido por el director espiritual, el padre Marcelino Martín, y ante la presencia de los hermanos de fila y de los hermanos de penitencia a las 20.15 horas.
Pasadas las 21 horas, las puertas de Santa María se abrían de nuevo, algunos con el deseo de que finalmente saliese a la calle. Pero no fue así. El Señor recibió en su casa a sus devotos, que le cantarón numerosas saetas, las que se iban a escuchar a la calle.



