Lo Orden de Siervos de María manejaba desde por la mañana los mismo partes meteorológicos desfavorables que el resto de la cofradías del Viernes Santo. Lluvia es lo que anunciaban durante la tarde. Así que la decisión de no realizar la salida procesional era casi segura. Pero el consejo de gobierno de la Orden debía esperar hasta el último momento para suspender o no la salida.
Así, los hermanos fueron llegando a la parroquia de San Lorenzo donde pudieron ver el paso de la Virgen en el altar mayor. Muchos minutos de espera. Demasiados. Hasta que, finalmente, el prior de la Orden, Miguel Puertas, comunicó la decisión: Servitas tendrá que esperar al 17 de septiembre para realizar salir a la calle, el día de su coronación canónica.
En ese instante, los hermanos participaron en su estación de penitencia dentro de la parroquia de San Lorenzo a puerta cerrada presidida por su director espiritual, el padre Jesús García Cornejo, que señaló que “en el primer Viernes Santo, la Virgen se quedó sola con San Juan, porque el resto de discípulos se ocultaron por miedo. Hoy, todos vosotros estáis con ella”.
Por su parte, Miguel Puertas agradeció a todos los hermanos, cargadores, acólitos y todos los que colaboran con la Orden el trabajo realizado, a la espera del importante momento de la coronación canónica de la Dolorosa.
A las 19.50 horas, las puertas de la parroquia de San Lorenzo se abrieron por última vez esta Semana Santa para que los devotos, fieles, cofrades y curiosos pudiesen acercarse a la Virgen de los Dolores que lucía una diadema, en lugar de su corona, que se va a enriquecer para su coronación.
