El tiempo siguió soleado a lo largo de la tarde y poco a poco se disipaba la incertidumbre en los cofrades de la jornada. Media hora más tarde del horario establecido en principio por la junta de gobierno y el Consejo Local partía la comitiva cofrade acompañando a Jesús en el Milagro de la Sagrada Cena.
Era las 17.45 horas cuando se abrían de par en par las puertas del convento de Santo Domingo para que saliera la cruz de guía de la hermandad que inmediatamente ponía dirección hacia Sopranis, calle muy unida sentimentalmente a la corporación, anunciando su llegada un muñidor haciendo sonar una campana y acompañado por dos servidores ataviados también a la Federica y con faroles de mano.
Minutos antes se formaban los tramos de hermanos que acompañaban el paso de misterio, único que hasta el momento procesiona la hermandad aunque posee la imagen de la dolorosa que recibe cultos en el propio templo. Cada uno con sus respectivos enseres de un patrimonio que cada año se va enriqueciendo.
Los hermanos portaban sus tradicionales hábitos blancos -con capas sólo los hermanos que portan enseres o jefes de sección- y en la mano un cirio de cera roja, ya que la hermandad es la sacramental del templo regido por la Orden de Predicadores.
La hermandad es una de las que está evolucionando mucho con el paso del tiempo. La cuadrilla de cargadores que comanda Juan Antonio Gomila realizaba los primeros movimientos para enfocar el paso hacia la angosta puerta.
La pericia de los cargadores hace posible cada año que el paso salga hacia el Compás de Santo Domingo, una zona del barrio de Santa María que congregaba a muchísimos gaditanos que quisieron contemplar de cerca la salida de esta querida hermandad. El paso del Señor luce ya una enormidad. Una vez terminado será una auténtica joya de la Semana Santa gaditana.
La comitiva lució mucho por la plaza de San Juan de Dios camino de la calle Pelota y plaza de Pío XII. Los cargadores se encargaron de que el paso fuera procesionando de forma magnífica y su trabajo fue aligerado en lo posible con las marchas procesionales que interpretaba la Agrupación Musical Sagrada Cena.
El cortejo realizó sin ningún tipo de problema su estación de penitencia en el primer templo diocesano y continuó su peregrinar por la Carrera Oficial y calles de su recorrido penitencial que lo llevaría de regreso a su templo donde también se venera a la Patrona de Cádiz, la Santísima Virgen del Rosario Coronada.
En la plaza de San Juan de Dios se unió al cortejo la Agrupación Musical Polillas, que había acompañado el misterio de La Borriquita, y junto a la formación Sagrada Cena tocar media docena de marchas por San Juan de Dios, Sopranis y Compás de Santo Domingo.



