La jornada del Domingo de Ramos se clausuró con broche de oro con la Archicofradía de las Penas. Minutos antes de la hora prevista para la salida, tras retrasar el horario, se preparaba la procesión en el interior del templo de la calle Sagasta.
El director espiritual de la hermandad y párroco del templo, padre Jesús García Cornejo, dirigía una oración en honor del Señor y otra para la Virgen de la Caridad. Poco a poco se fueron organizando las secciones con sus respectivos enseres, en primer lugar las del paso del Señor, desde la cruz y faroles de guía hasta el grupo de servidores, en este caso compuesto en su mayor parte por chicas. Se abrieron las puertas y el público aplaudió la acción.
La cruz de guía se puso luego en marcha para que fueran saliendo los restantes penitentes con hábitos rojos y azules. Mientras, los cargadores que dirige Sebastián Sánchez Gómez, se metían bajo el paso, lo alzaban a medio brazo y comenzaban a andar a paso lento. La Banda de Música Municipal Maestro Enrique Galán, de Rota, dirigida por Enrique Galán Borreguero (hijo del que fuera su director durante muchos años), interpretaba la marcha Jesús de las Penas en honor del titular.
Las lágrimas asomaron sobre las mejillas de los cofrades mientras se escuchaba la pieza musical y el paso avanzaba lentamente hasta llegar al umbral donde fue bajado para sacarlo después a ruedas y recibirlo los cargadores en la puerta. Después se fueron formando las secciones de hermanos que acompañaban el paso de palio de la Señora.
En la presidencia figuraban los dos anteriores hermanos mayores: Miguel Ángel Novo y José Manuel Romo Madera. El actual máximo dirigente, Jesús Carmona, iba delante del paso del Señor. Representaciones militares procesionaban delante de los pasos de ambos titulares.
La cuadrilla de cargadores del palio, comandada por Manuel Ruiz Gené, llegaba con él en los hombros a paso lento hasta la puerta para ser bajado y sacado también a ruedas dado la estrechez de la puerta de San Lorenzo.
Ya en la calle, a los sones del Himno Nacional, fue levantado a pulso para colocar las patas e, inmediatamente, partió Sagasta arriba, con la marcha La Caridad de tus Penas, en busca de la calle Hospital de Mujeres, Plaza de Abastos y continuar para hacer estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.
Posteriormente seguiría su precioso y preciso caminar para ir buscando las calles de su barrio y llegar a la parroquia de San Lorenzo para recogerse con un poco de retraso acumulado al ir detrás de Humildad y Paciencia. Con ello, el Domingo de Ramos del emblemático 2012 quedaba ya para la historia.
