La iglesia conventual de Nuestra Señora de los Remedios no pudo abrir sus puertas por segunda vez en la tarde-noche del Lunes Santo porque la Hermandad de la Vera+Cruz decidió en junta de gobierno no salir a la calle debido a que los partes meteorológicos daban de un 60 a un 90 por ciento de lluvia para las 23.00 horas. Lo intentaron pero, al final, no pudo ser por la amenaza.
Ante ello, los cofrades decidieron no arriesgar el rico patrimonio que posee la corporación y se quedaron en casa. Tristes, muy tristes y apesumbrados estaban los hermanos de la hermandad. Penitentes y cargadores no podían ocultar su pena y, a la vez coraje, porque, de nuevo, el mal tiempo les ha vuelto a jugar una mala pasada. Pero, no había vuelta de hoja y la hermandad esperará el Lunes Santo del año que viene para preparar una nueva salida procesional.
Lágrimas y mucha pena por no haber podido estar de nuevo con sus titulares por las calles de la ciudad y hacer una nueva estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral, acto fundamental para el cofrade comprometido.
El hermano mayor, Miguel Ángel Morgado, fue el encargado de dar la triste noticia a los hermanos que ya estaban vestidos con sus hábitos negros para efectuar la salida. No se lo creían, pero era la auténtica realidad.
En las naves del templo franciscano estaban los dos pasos, el magnífico del Cristo de estilo rococó, realizado por Antonio Martín García, donde, cada Lunes Santo, se erige hierática la figura del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz sobre un monte de claveles rojos sangre de toro.
En la trasera del monte se situaba el tradicional centro de flores con cinco rosas rojas simbolizando las Cinco Llagas de San Francisco. También estaba el gaditanísimo paso de palio de la Virgen de la Soledad, con los bordados que le hiciera Adela Medina Cuesta, Gitanilla del Carmelo, bajo diseño de Aurora Mingo.
La dolorosa lucía espléndida después de la restauración a que fue sometida el pasado verano por el gaditano José Miguel Sánchez Peña.
La junta de gobierno, junto con los hermanos que iban a participar en la procesión, preparaban un plan B consistente en la realización de varios actos y rezos en honor y gloria de ambos titulares. Las puertas del templo se abrieron después para que el público congregado en la plaza de San Francisco pudiera contemplar ambos pasos y el altar de insignias preparado por la hermandad para la salida procesional. Sólo resta ya poder procesionar, por lo menos el paso del Cristo, en la Magna del próximo Sábado Santo.
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