El santuario de la Patrona de Cádiz se quedó pequeño para albergar a tantísimos gaditanos y gaditanas que querían contemplar en directo la salida procesional de una de esas hermandades que gozan del cariño y la devoción de toda la ciudad, por algo mantiene ese estrecho vínculo de unión con la antigua Fábrica de Tabacos, hoy Altadis.
Nervios y devociones incontroladas en todos los cofrades que iban a participar en la procesión acompañando a sus dos sagradas imágenes titulares. Mucho antes de la salida, establecida para las 17.15 horas, ya se preparaba todo para que no hubiera ningún cabo suelto a la hora de procesionar.
Todo listo y a punto y la cruz de guía se plantaba en la puerta del convento del Compás de Santo Domingo abarrotado de público. Tras ella, con hábitos blancos y morados, marchaban los hermanos del primer paso portando varios de ellos los correspondientes enseres e insignias y el resto cirios.
En la presidencia del Cristo figuraba Jesús Tey, concejal del Ayuntamiento de Cádiz, junto al dominico fray Pascual Saturio, director espiritual de la corporación. El cuerpo de acólitos, perfumando el ambiente con el característico incienso, antecedía al enorme paso de misterio que procesiona la hermandad cada Miércoles Santo.
El paso antes de cruzar el umbral de la puerta efectuó la difícil maniobra. Parece que el trono no cabe por la puerta, pero la pericia de los cargadores de Francisco Martín lo hace posible cada año.
La Agrupación Musical Sagrada Cena esperaba recibir el paso interpretando el Himno Nacional. Posteriormente, los penitentes de las secciones de la dolorosa se formaban en las naves del templo dominico para salir a la calle después con sus hábitos blancos y verdes.
El paso con la Virgen de la Esperanza, la cigarrera más guapa, se movía pausamente por el interior del templo hasta llegar a la puerta donde dio fondo para después iniciar la salida por la angosta puerta portado por los hombres de Tomás Martín. Destacar el manto verde bordado, a juego con las bambalinas, obra del taller jerezano de Ildefonso Jiménez. En la presidencia figuraban representaciones de Altadis y del Colegio Oficial de Agentes Comerciales.
Delante de Ella, una sección de guapas mujeres ataviadas con la tradicional mantilla, entre ellas la diosa y ninfas del Carnaval de este año.
El paso de palio efectuó sin problemas la salida mientras se escuchaban los sones de la Marcha Real interpretada por la Banda de Música de la Asociación Cultural San José Artesano, de San Fernando, encargada del acompañamiento musical. La primera levantá en la calle la ordenó José Manuel Romo.
El cortejo bajó seguidamente el Compás para seguir por la calle Plocia. En la misma puerta del Palacio de Congresos estaba esperando la alcaldesa, junto a varios concejales, para depositar un ramo de flores en el paso de misterio y después otro en el de la dolorosa.
Teófila Martínez departió con el hermano mayor, José Manuel Gomila, y ambos capataces, hermanos Martín, deseándoles suerte ante el recorrido penitencial que se avecinaba.
La hermandad continuó su camino en busca de la Catedral adonde entró en segunda posición para realizar su estación de penitencia.
Terminada ésta continuó su marcha hacia la Carrera Oficial e itinerario siguiente hasta llegar de nuevo al Compás de Santo Domingo para recogerse en loor de multitudes como cada año.
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