La amenaza de lluvia sigue destrozando las ilusiones de los cofrades del Viernes Santo. La segunda hermandad en hacer estación de penitencia y recorrer la Carrera Oficial era la del Santísimo Cristo de la Sed en sus Siete Palabras y María Santísima de la Piedad.
La corporación tuvo también que suspender al mediodía el tradicional Sermón de las Siete Palabras por las calles de la ciudad y trasladarlo al interior del templo mercedario. Estuvo a cargo de Toñi Martínez Novas, joven cofrade gaditana.
Minutos antes de poner su cruz de guía en la puerta de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, la junta de gobierno anunciaba a los hermanos la decisión final que había tomado después de que mantuviera una reunión con miembros del Consejo Local y estudiara los últimos partes meteorológicos.
Juan Carlos Romero, hermano mayor de la corporación mercedaria, se dirigió a los hermanos que ya estaban preparados para anunciarles la mala nueva que la Hermandad de la Sed en sus Siete Palabras se quedaba en su casa y no iba a procesionar por las calles de la ciudad en la luctuosa tarde-noche de hoy, Viernes Santo.
El máximo dirigente de la hermandad invitó también a los hermanos y personas que iban a formar el cortejo procesional a que se quedaran en el interior del templo para celebrar una solemne y piadoso Vía Crucis en sustitución de la estación penitencial en la seo gaditana. La hermandad desafió el pasado año al mal tiempo reinante y salió a la calle.
Al final no llovió y el cortejo se salvó por milagro. La junta de gobierno no ha querido este año tentar la suerte dos veces y, por eso, ha suspendido la salida procesional.
El paso de misterio de la corporación mercedaria fue colocado a ruedas en el centro de la nave central del templo para aguardar la salida procesional, cosa que después no fue posible.
Por ello, la cuadrilla de cargadores de Juan Manuel Nondedeu González, se quedó sin catar sobre los hombros el único paso de la hermandad. Tampoco, la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo del Perdón, de San Fernando, pudo interpretar el variado repertorio que tenía preparado para el acompañamiento del misterio.
El soldado romano que da de beber al sediento Jesús crucificado iba a estrenar, de hecho, lo tenía colocado desde hace días, una nueva vestimenta realizada a la medida por unos hermanos.
Manolo Carrasco, conocido y afamado pianista gaditano, está en Cádiz y como hermano de esta hermandad estaba preparado en su casa, en la calle Ancha, para interpretar al piano un tema dedicado a su Cristo y a su Virgen.
