En el interior de la iglesia de San Francisco se ha vivido desde las 18 horas un magnífico ambiente cofrade. Tras la salida de la hermandad del Nazareno del Amor, a las 17 horas, la cofradía de Vera-Cruz ha ultimado los detalles de su salida procesional, prevista para las 19.35 horas.
En el altar de enseres, todo estaba dispuesto para que los responsables de la salida procesional comenzasen a organizar la procesión.
A las 19.20 horas, el capataz de paso de palio, Manuel Cortés, ha ordenado la maniobra para llevar el palio junto al arco de la nave central, preparándose así para la salida.
A continuación, el Lignum Crucis se ha trasladado desde el altar de la iglesia hasta su paso, ya que forma parte del cortejo. El franciscano José Luis Millán ha presidido el rezo antes de que se haya iniciado la salida procesional en esta tarde de Lunes Santo.
Con cinco minutos de retraso del horario previsto, las puertas del templo se han abierto para dar paso a los hermanos que han vestido su túnica de ruán. Un amplio cortejo, formado tanto por cofrades muy pequeños, como ya veteranos y fieles a su devoción. Todos los hermanos han sido nombrados desde el altar mayor por, aunque faltaba un nombre, el de el que fuera su hermano mayor, Melquiades Brizuela.
Un cortejo que han presentado un nuevo tramo de hermanos que han portado cruces, de color verde, el color de la Vera-Cruz. Un tramo pensado para aquellos hermanos que hayan dejado la carga y que quieran seguir acompañado a sus titulares.
A las 19.50 horas, el paso de misterio, obra de Antonio Martín, se ha dirigido hasta la puerta de la iglesia de San Francisco, mientras que el capataz, Benito Jodar, y con el apoyo de sus contracapataces, han dirigido la maniobra. Un paso que, como ya es tradicional, ha ido exornado con claveles color sangre y, tras la cruz, 5 rosas rojas que representan los estigmas de Cristo.
Antes de la primera levantá, Juan Carlos Jurado, vicepresidente del Consejo, y hermano de esta corporación, ha dirigido una oración dirigida al recuerdo de Melquiades Brizuela, además de dos hermanos de otras cofradías. Una levantá que ha realizado el hijo de Melquiades, Miguel Brizuela.
Con mucha dificultad, el capataz ha conseguido ordenar la maniobra de salida del imponente de paso del Cristo de la Vera-Cruz, saliendo a la calle cuando el reloj casi ha marcado las 20 horas.
En el interior del templo, la Señora de la Soledad esperaba, con su candelería encendida, que sus hermanos se hayan dispuesto en el cortejo. Una candelería que tenía la particularidad que sus “marías” llevaban pintado la imagen del Benedicto XVI, y del Papa Francisco, además de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza y el Señor de la Humildad y Paciencia, San Francisco, y, por supuesto, el logo del Año de la Fe.
A las 20.15 horas, Manolo Cortés, con una iglesia en penumbras, ha ordenado la maniobra para iniciar la salida del paso de palio de la Señora.
A las 20.20 horas, la Dolorosa ya se encontraba en la plaza y, tras colocar las patas, la corona y componer el palio, a las 20.30 horas ha iniciado su camino hacia la Catedral de Cádiz acompañado por la banda de música del Maestro Enrique Montero de Chiclana, que ha interpretado la marcha Soledad, del maestro Escobar.
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