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Sobriedad en una tarde de "bulla". Ese es el contrapunto que ha puesto esta tarde la cofradía de Vera Cruz en esta tarde de Lunes Santo. Un estilo y una impronta que no solo queda patente en su salida procesional, sino también en sus cultos internos y en la forma de vida de sus hermanos. 
El silencio ha primado en la iglesia de San Francisco cuando se han ido formando los tramos de hermanos. Desde los más pequeños hasta los más veteranos, todos, sentados en los bancos del templo, siguiendo atentos las órdenes de la junta de gobierno y de su fiscal y el secretario, que organizaban la procesión.
La luz entró a un templo a casi en penumbras cuando la iglesia se abrió para la salida de la cruz de guía, acompañada por un tramo de hermanos propios. Tras ellos, los hermanos con menos antigüedad, que casi coincide con que son los más pequeños en edad. Vestidos de negros, con la túnica de rúan y cinturón de esparto. También, un tramo de hermanos con cruces y el ya tradicional paso del ligmun crucis -las relquias de la Santa Cruz- que antecede al paso del Crucificado.
Pasadas las 19.30 horas el capataz, Benito Jodar, ha ordenado el traslado del paso desde la nave lateral hasta la puerta de San Francisco para realizar la salida. Una maniobra complicada, donde cada centímetro cuenta. Despacio, sin prisas y con mucha paciencia. Así es como debe salir el paso tallado por el desaparecido Antonio Martín Fernández.
Por fin, a las 19.50 horas, la imagen del Señor se encontraba en la plaza de San Francisco, mientras que el cortejo avanzaba por la calle del mismo nombre en dirección a la Catedral.
Tras el paso del Señor, los hermanos de fila que acompañan a Nuestra Señora de la Soledad. El luto por el hijo muerto. La soledad de una Madre que sólo se rompe por la presencia de sus otros hijos. Unos hijos que la llevan en hombros, dirigidos por Joaquín Cortés. 
Pero antes, hay que llevar el palio de la Virgen hasta la puerta de San Francisco. Y con una fórmula que ya es característica de esta hermandad, con cuerdas. Tirando de ellas sale el palio que ha estrenado los candelabros de cola. Una magnífica obra realizada en plata con diferentes detalles, como los pequeños cangrejos que están realizado en plata y que rodean cada candelabro. 
A las 20.20 horas, el palio comenzaba a andar ante el silencio que solo se rompía con los sones fúnebres de la banda de música de Chiclana, queinterpretaba Soledad franciscana.
Un silencio que será el próximo año alegría con la celebración del 450 aniversario de la fundación de la corporación, actualmente, la más antigua de la ciudad. 

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La soledad a los pies de la cruz en el lunes santo
La soledad a los pies de la cruz en el lunes santo
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