Hace 75 años ya. Un 9 de abril de 1939, un grupo de jóvenes, hoy ya mayores, crearon la comisión procultos de la cofradía de Sentencia. Un año después de esta aventura, la imagen del Señor procesionaba desde la parroquia Castrense, aunque la imagen de veneraba en la desaparecida capilla de las Agustinas Recoletasm en la calle Carmen.
Pero cuando desapareció el convento, en 1947, la cofradía se refugió en la iglesia del Rosario. Fue entonces cuando llegó la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin, que procesionaba desde San Francisco.
En 1951 llega a la Merced. Hasta hoy, hasta este Miércoles Santo donde la hermanad celebra sus bodas de platino, 75 años.
Por aquel entonces, el paso de misterio no es el que hoy vemos en la calle, ni el paso de palio contaba con las mismas características, pero el principio y el fin era el mismo, representa el instante de la Sentencia según el Evagelio de San Mateo: “Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Yo soy inocente de esta sangre. Es asunto de ustedes. Y todo el pueblo respondió: Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado”.
El futuro
Y este Miércoles Santo ha sido un día para mirar al futuro. Tras 75 años, hay que seguir creciendo, como se ha dicho en la eucaristía que se celebró en la parroquia de la Merced por la mañana. Y es que ha sido un día de fiesta para la hermandad desde por la mañana. Y eso se notaba por la tarde en la cara de sus hermanos cuando ya vestían sus hábitos o como Fonseca, con 35 años de historia en la hermandad, siendo 25 tesorero. Él, junto a su hermano, son los responsables de que el romano lleve las plumas de la hermandad de la Macarena. Y es que el misterio de Cádiz está inspirado en el misterio de la cofradía de Sevilla.
Todos reunidos en el templo se ha preparado la estación de penitencia formando, tras la gran Cruz de guía de la hermandad, los tramos con los hermanos más pequeños. Todos, luciendo las túnicas nuevas que la hermandad renovó hace ya tres años.
Tras ellos, los que fueron niños y hoy ya son padres, o lo serán, como Miguel Ángel Peñalver, que cuenta los días de ver a su pequeño, Álvaro, que aún está en la barriga de su madre. Un niño que seguro vestirá pronto la túnica de la cofradía. O el pequeño bebé de Marcos Piñero, que en poco menos de cuatro meses también estará en el mundo.
Y en los últimos tramos, los que ya son abuelos. Los que han vivido cómo ha ido creciendo la hermandad. Como de la nada se ha ido haciendo un todo.
Por eso, esta salida de Miércoles Santo ha sido tan especial. Y eso lo sabía la cuadrilla de cargadores, dirigidos por Quico Gallardo, que a las17.25 horas iniciaba sus pasos hacia la puerta de la parroquia de La Merced.
Con cuidado, el imponente paso recientemente dorado, se plantó en la plaza de la Merced con una gran ovación. Un paso que presentaba la imagen de la loba del trono de Poncio Pilatos restaurada, además de un nuevo pebetero y un ánfora. Además, lucían nuevas la ropa de algunas de las imágenes secundarias y la curiosidad que el pebetero emanaba humo, simulando el fuego.
La banda del Rosario de Cádiz, como ya es tradición, acompañó el paso del misterio por todo el camino, entonando para bajar la calle Merced la marcha…
Mientras que se daban los primeros pasos, salían los hermanos que acompañaron a la Virgen del Buen Fin en su caminar, con un hábito diferente al de las secciones del Cristo.
A las 17.55 horas, la imagen se trasladó desde el altar hasta la puerta de la iglesia sobre su paso exornado exclusivamente con orquídeas. Con grandes ramos de estilo “trianero” para celebrar el 75 aniversario de la hermandad, precedido, como ya es tradicional, con un nutrido grupo de mantillas que acompañan cada año a la Dolorosa. También acompañaban a la Virgen un nutrido grupo de paveros, más de una veintena. El futuro de la hermandad.
Una imagen que, además, lucía su saya restaurada, además de los respiraderos y el plateado de las tulipas de las peanas.
Con delicadeza, quitando los ramos de las esquinas del palio, la cuadrilla dispuso a la Virgen en su altar en la calle para celebrar sus 75 años como hermandad alas 18 horas del Miércoles Santo.
Historia y tradición desde el barrio de Santa María que se hace patente cada año con un reguero de devociones.
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