Un Miércoles Santo agridulce. Un Miércoles Santo para el recuerdo. Un Miércoles Santo de añoranza. La centenaria hermandad ha perdido quién le dio su sobrenombre. Aquellas mujeres que trabajaban en la Real Fábrica de Tabacos de Cádiz enrollando tabaco. A Él le pedía y le suplicaban. Se ponían en las manos de Ella. Hijo y Madre eran su consuelo. Un consuelo que los ha unido durante décadas. Y hasta siglos. Pero ya no hay marcha atrás. Cádiz ya no tiene tabaco. Cádiz ya no tiene cigarreras. Cádiz se queda huérfana de su historia más reciente.
Cigarreras y Señor de la Salud. Cigarreras y Nuestra Señora de la Esperanza. Cigarreras y Miércoles Santo.
Esto ya quedará en la memoria y en la historia de la cofradía que el pasado año celebró el centenario de su refundación.
Pero, a pesar de la tristeza, el Miércoles Santo es un día de alegría. Sobre todo, cuando el brilla el sol y la amenaza de lluvias sólo aparece en las peores pesadillas.
Pero era momento de soñar y de disfrutar de la salida procesional cuando a las 18 horas se abrieron las puertas de la iglesia de Santo Domingo.
La cruz de guía, hecha con cajetillas de tabacos, se plantaba en la calle Santo Domingo y, de nuevo, tramo con niños pequeños, lo que augura un futuro para la hermandad.
Un futuro que se hace presente con el grupo joven de la cofradía, que trabaja cada día por vivir la hermandad y hacerla crecer.
A las 18.30 horas, el Señor comenzaba a avanzar sobre su paso exornado con lirios morados por la iglesia hasta sobrepasar el dintel. En ese momento, sonó la marcha real interpretada por la agrupación musical Sagrada Cena. La cuadrilla, capitaneada por José David Martín Santana, preparado el paso para su salida procesional y, tras la primera levantá, el imponente paso de misterio, obra de Manuel Guzmán Bejarano, comenzó a andar mientras sonaba la marcha Jesús de la Salud, Amén. El paso iba escoltado por miembros del cuerpo de la Guardia Civil.
Mientras se escuchaba una saeta, en la antigua puerta de la fábrica de tabacos la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, realizó la ofrenda floral a Nuestro Padre Jesús de la Salud y a Nuestra Señora de la Esperanza.
Bajando ya por Compás de Santo Domingo salían los primero tramos de hermanos vestidos con el hábito blanco y antifaz verde. Esperanza. Como su madre que llora ante las burlas que le hacen a su Hijo sentenciado a muerte.
Ella esperó paciente en su altar de plata que el capataz, José Antonio Moreno, ordenase la maniobra de salida del palio, exornado con rosas, gerveras, entrevivas y azucenas.
La imagen de Álvarez Duarte se encontraba de nuevo con la ciudad tras un Miércoles Santo de 2013 en “blanco” debido a la amenaza de lluvia. El hermano mayor de Expiración, Vicente Rodríguez, pregonero de la Esperanza, fue el encargado de hacer la primera levantá del paso de palio a las 19 horas.
Con la marcha interpretada por la banda de música San José Artesano de Sevilla iniciaba su andar por la ciudad, parando, como ya es tradicional, en la puerta de la antigua fábrica de tabacos.
Allí, con el recuerdo de quienes estuvieron allí. De las que le rezaban. Las que les cuidaban. De las cigarreras que dejaron sus manos envolviendo tabaco. A ellas. A cada una de sus oraciones está dedicado este Miércoles Santo.



