La emoción era patente entre los hermanos y devotos de Nuestro Padre Jesús orando en el Huerto y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza desde por la mañana.
Los dos pasos esperaban su momento en el local anexo a la iglesia de San Severiano, donde cada año la corporación preparada el paso de misterio y el paso de palio para su salida procesional.
Tras recibir la visita de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, los hermanos comenzaron a preparar la salida procesional que se produciría a las 17 horas.
Fue entonces cuando la Cruz de guía de la hermandad de Extramuros salía hacia la plaza de San Severiano, junto al Instituto Hidrográfico de la Marina, rodeado de numeroso público ansioso de ver cofradías en esta jornada de Jueves Santo.
Los primero tramos, con hermanos muy pequeños vestidos con el hábito en rojo y capa color crema.
Y tras la presidencia, el cuerpo de acólitos que anunciaba la llegada del Señor.
El capataz del paso de misterio, Francisco Álvarez, ordenaba con cuidado la salida del paso de misterio, que mostraba un nuevo avance con la talla de parte del respiradero y el dorado de tras partes del canasto.
La agrupación musical Polillas interpretada la marcha real para iniciar su camino por el barrio de San Severiano y hacia Bahía Blanca por la calle Acacias.
En los primeros pasos, sin prisas pero sin pausa, ya se podía admirar los nuevos bordados que lucía la túnica del Señor, obra de Rosa María Reyna.
A continuación salían los tramos de hermanos que acompañaban a la Virgen, vestidos con hábitos en color verde.
Las mujeres de mantilla también acompañaban un año más a la Señora de Puertatierra en este nuevo Jueves Santo.
A los pocos minutos, el capataz del paso, Fernando Reyna, ponía en la calle el precioso palio en el que procesiona la Virgen de Gracia y Esperanza, obra del gaditano Luis González Rey.
Comenzaba así el Jueves Santo gaditano mientras que sonaban las marchas de la banda de música de La Línea por la calle Acacias con destino a la Catedral por las Puertas de Tierra.
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