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Año
2015

Emoción y dolor. Eso es lo que ha vivido la cofradía de Expiración durante toda la Cuaresma, acentuándose en esta jornada de Viernes Santo.
 
De la satisfacción de celebrar junto a la Madre de la Victoria los 75 años de su llegada a la cofradía, se sumaba la tristeza de la ausencia de uno de sus hijos más queridos, Manuel Montero. Sus hijas siguen hoy con su legado en la cofradía, pero nadie puede evitar el dolor de no poder ver a quien se ha querido y se quiere tanto.
 
Las lágrimas brotaban de los ojos de sus familiares y amigos durante toda la jornada que comenzó temprano con la visita de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y representación de la Guardia Civil y la Subdelegación del Gobierno, con Javier deTorre, a la iglesia del Santo Ángel, que ya ha cumplido 250 años desde su erección canónica, convirtiéndola así en la primera parroquia Castrense de España.
 
Los hermanos con sus hábitos negros y antifaz rojo o azul según ocupasen los tramos del misterio o del palio, iban llegando a la iglesia y ubicándose en el patio anexo al templo ante la atenta mirada del párroco, el padre César Sarmiento.
 
Con rapidez, pero sin prisas, se fueron formando los primeros tramos plantándose la Cruz de guía a las cinco y media de la tarde acompañado de numeroso público deseoso de disfrutar de otra jornada de cofradías, la antepenúltima, como aún queda la jornada del Sábado Santo y el Domingo de Resurrección.
 
Con la presencia de la representación militar en esta cofradía con la que mantiene esta fuerte vinculación –se cumplen 60 años del nombramiento de la Guardia Civil como hermano mayor honorario, además de su carácter al tener su sede canónica en la parroquia castrense-, y de los hermanos de la cofradía de Santo Ángel, Francisco Vázquez ordenaba la primera maniobra del paso hacia la estrecha puerta castrense.
 
Y en esta ocasión no sonaron los sones de la Marcha real interpretada por la agrupación musical Polillas. En señal de duelo por Montero, la junta de gobierno había decidido que ambas imágenes salieran en silencio.
LaA primera “levantá”, dedicada a Manolo Montero, la realizaba su hermano mientras que su viuda no podía contener la emoción. 
 
Sonaba la primera marcha para el Santísimo Cristo de la Expiración ya en la calle Benito Pérez Galdós cuando salían los hermanos que acompañaban a María Santísima de la Victoria, a la que llevan 75 años rindiéndose.
Mujeres vestidas de mantilla para esta tarde de Viernes Santo, junto a las damas de la Inmaculada que acompañaban a la Virgen y,  tras ellas, legaba el momento de que Francisco Melero y José Antonio Moreno ordenasen acercar el palio hacia la puerta de la iglesia del Santo Ángel, que parecía hacerse aún más estrecha en ese momento.
 
Con tranquilidad, midiendo cada movimiento, fue saliendo el impresionante palio de estilo malagueño exornados con rosas blancas para la ocasión.
Ya estaba la Señora en la calle en silencio, con la vara de Manolo Montero en el frontal, una vara que no volverá a usarse, y una rosa a sus pies.
Y junto al hospital de San Rafael comenzaron a escucharse las primeras marchas, 'A ti Manué' interpretada por la banda de música Virgen de la Estrella. 
Visita a los enfermos del hospital de San Rafael y camino hacia la Catedral por la calle Hospital de Mujeres al encuentro con Cristo en el día de su ausencia. 

Imágenes
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
Con la esperanza de la victoria de la resurrección
La cofradía de Expiración ha abierto los cortejos de la jornada del Viernes Santo
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Cofradia