En el año 1926, doña María Teresa de la Cruz Gurri, a instancia del párroco de San Lorenzo, José Malvares, que conocía de la devoción y fervor que profesaba a la imagen desde el año 1922 por favores recibidos del cielo por su intersección, le pidió cuidar del Santísimo Cristo y ser su camarista, una vez instalado en el nuevo emplazamiento en el retablo de la izquierda del crucero. “Aquí empezó mi trabajo por el Cristo”, decía doña Teresa.
Careciendo de manteles para el altar y de todo lo necesario para su culto, empezó por las casas de comercio de amigos suyos y admiradores y devotos de la imagen, con unas listas selladas por la Parroquia, con lo que recaudó algunos fondos, que destinó a la adquisición de las mantelerías, misal, INRI para la cruz, una corona de espinas de plata, las potencias y las cantoneras de la cruz, siendo el Rvdo. Padre Don José Corbera, coadjutor de la Parroquia y gran marquetista, el que construyó con buen arte los atriles y las sacras para el nuevo altar.
En su afán de dar mayor esplendor al Culto, encargó al Padre Don Joaquín Andrades Arco, le escribiera un Triduo, que el referido presbítero hizo desinteresadamente y compuso en honor del Santísimo Cristo un quinario de Cuaresma en el año 1928.
En su continuo quehacer por mejorar el Culto, doña Teresa, volvió a tomar las listas selladas y consiguió reunir para obtener el Jubileo Circular durante los días de los Cultos de Cuaresma, encontrando una valiosa ayuda en el Padre Don Marcos Marcano, a la sazón Secretario del obispado.
Este jubileo, consta en archivo y donde radique la imagen, aun cuando fuere trasladada de iglesia, acompañaría al Cristo a donde fuere llevado. Se fijó para su celebración el primer viernes de Cuaresma, y el sábado y domingo siguientes. Durante todo el tiempo que tuvo a su cargo estos deberes, casi todos los años lo sacaba en procesión: unas veces con los Servitas Esclavos de Nuestra Señora de los Dolores y otras con la hermandad del Santo Entierro de Ntro. Señor Jesucristo.
De nuevo utilizaba las listas para sufragar los inevitables costes. Al quedar la Diócesis de Cádiz y Ceuta sin obispo por fallecimiento en accidente automovilístico de Marcial López Criado en el año 1932 y los difíciles años que precedieron a nuestra Guerra Civil, no fue posible la formación legar de una cofradía, por la que un grupo de devotos trabajaban para su realización en una comisión organizadora.
La comisión organizadora estuvo formada por los señores: Pedro J. Bravo Sobrado, canónigo de la Catedral; Juan Cañas Carrasco, presbítero; Luis Arroyo Crespo; Francisco Orellana Rodríguez; José Castro Moreno; Eduardo Ortiz y Manuel Palacios. Reunida la Comisión Organizadora, el día 20 de Febrero de 1938, acuerda nombrar la siguiente directiva que regirá la recién constituida junta Pro-Cultos del Santísimo Cristo de la Expiración, quedando establecida de la siguiente forma: como presidente nato, el padre Francisco Jiménez Alfaro, cura Párroco de San Lorenzo. Como director espiritual Pedro J. Bravo Sobrado, canónigo de la Catedral. Como presidente, Luis Arroyo Crespo; tesorero, Francisco Orellana Rodríguez; secretario, Vicente Vera Parreño y como vocales José Castro, Antonio Bueno, Eduardo Ortiz, Francisco Cuesta, Juan Zacarías Millán y Manuel Gilardón. Acordándose en esta kunta la celebración de los cultos de Cuaresma para los días 5, 6 y 7 de Marzo de este año para el triduo y el día 9 de Abril, para la predicación del Sermón de las Siete Palabras, contándose para ello con la aportación económica de los hermanos y muy especialmente de Salvador Moreno Cancelo.
Al final de estos Cultos, se rezaron responsos por los caídos y la función principal estuvo dedicada a los combatientes de la cruzada. El 26 de Marzo de 1938, la Junta Pro-Cultos acuerda la realización de la imagen de Nuestra Señora de la Victoria y decide la primera salida procesional del Santísimo Cristo acompañado de sus propios hermanos, para el Domingo de Ramos día 8 de Abril, solicitando la cesión de los enseres a la Federación de Cofradías de la Sociedad Gaditana de Fomento.
La petición fue muy bien acogida por dicho organismo, aun cuando por su decisión, la salida se efectuó el Lunes Santo, cubriendo parte del itinerario, en unión de la cofradía de Ecce-Homo. No se puedo realizar la salida procesional el siguiente año.
El pleno de la Junta de 17 de octubre de 1939 toma los acuerdos decisivos de proveer de insignias y atributos a la Hermandad, así como el hábito de los hermanos para el culto externo. Se fijó la fecha 11 de enero de 1940 para la bendición de la Imagen de la Virgen de la Victoria, a cuyo acto asistió el gobernador civil de la provincia, Manuel Mora Figueroa, en calidad de padrino. Se decide la salida procesional de la hermandad para la próxima Semana Santa, habiéndose pedido a las Damas Camaristas de Nuestra Señora Del Rosario, Patrona de Cádiz, dejaran el paso de la imagen, con palio o sin él para sacar a la Virgen de la Victoria.
La Virgen lució por primera vez en las calles gaditanas ataviada de nazarena con aureola de estrellas y sin la corona, siendo muy celebrada y admirada por cuentos presenciaron éste su primer desfile, no volviendo a procesionar hasta 1943, en el mismo paso del Santísimo Cristo junto a una magnífica imagen de San Juan y María Magdalena.
La redacción del Libro de Reglas, fue encargado por la Junta Pro-Cultos a los Señores Alonso y Bueno, por acuerdo 28 de Nnoviembre de 1943, para enviarlo al obispado junto con un detallado informe de lo realizado por la Comisión Organizadora y la Junta Pro-Cultos, solicitándose su aprobación para la creación de la Cofradía. Por fin en 1944, por decreto de 15 de abril de Tomás Gutiérrez Díez, obispo de la Diócesis se digna elevar a la categoría de cofradía, con el título de Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Victoria, con todos los atributos y categorías de las de su clase.
El resurgir de la cofradía empieza a partir de 1954, con la inclusión en la junta de gobierno de algunos hermanos que dieron el decisivo impulso que, junto con la valiosa ayuda del Benemérito Instituto de la Guardia Civil, nombrado Hermano Mayor Honorario Perpetuo de la cofradía, y años más tardes el Instituto Nacional de Industria y Astilles de Cádiz, situaron a la Cofradía en el destacado lugar que ostenta dentro de la Semana Mayor gaditana.
En junta de gobierno de 18 de octubre de 1955, es presentado por la Secretaría, y aprobado por unanimidad, el nuevo modelo para escudo oficial de la cofradía y que es el siguiente: El águila bicéfala imperial de Carlos V y dentro de ella, en el ángulo superior izquierdo aparece el escudo antiguo de la Cofradía y en el superior derecho el de la Guardia Civil. En el ángulo inferior, el escudo de Cádiz, culminando con una corona real.
Así, se acuerda también que las túnicas serán de raso, siendo los capirotes y cíngulos para las secciones de Cristo de color rojo y de color azul para las secciones de la Virgen, conservándose en ambos el color blanco crema de la capa.
El actual templo tiene su origen en una ermita levantada en 1653 por la cofradía del Santo Ángel de la Guarda.
Los múltiples cambios y ampliaciones presentan hoy en día un templo con planta de salón, dividida en tres naves por pilares cuadrangulares con pilastras adosadas de fuste cajeado y capitel corintio.
La fachada principal presenta una sobria composición, articulada por pilastras toscanas.
El altar mayor está compuesto por una gran peana rococó en madera dorada, sobre la que se sitúa el grupo escultórico del Santo Ángel de Guarda.
En el año 1873, siendo alcalde de Cádiz Fermín Salvochea, se proclamó, por el “Comité de Salud Pública” la secularización de los cementerios y el cierre de las iglesias, como consecuencia del intento de la descentralización administrativa del Cantón Independiente de Cádiz dentro del Régimen Republicano Federal del 11 de febrero de ese año.
No se sabe si por estas fechas, la iglesia o Ccpilla de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en la plaza de los Descalzos, estaría demolida o próxima a su desaparición. En ésta plaza se levantaría más tarde el actual edificio de Correos y Telégrafos.
La iglesia de Nuestra Señora De los Ángeles fue levantada en el año 1622 y terminando su construcción en 1628, habiendo pertenecido al Convento de Franciscanos Descalzos. José Rossety, cronista de la Ciudad en la guía de Cádiz dice lo siguiente: “El templo carece de belleza artística, hallándose en su interior esculturas del célebre valenciano Vergara. Está situada en la plaza de los Descalzos. En el pórtico se encuentra una Capilla de la V. O. T. en la cual se admira un Ecce Homo de Roldán, en otra Capilla contigua está establecida la Santa Escuela de Cristo, fundada en esta ciudad en 1665 y trasladada a este sitio en 1691”.
En otro capítulo de su guía y sin especificar detalles dice que parte de las imágenes de esta Iglesia pasaron a la S. I. Catedral. Parece ser que la imagen del Santísimo Cristo se veneró en este convento, bajo la advocación de Santísimo Cristo de los Desamparados.
La imagen fue trasladada a la parroquia de San Lorenzo Mártir, quedando instalada en el nicho existente frente al batipsterio, es decir, en el primer altar de la derecha, junto a la puerta principal, siendo conocido como “Cristo de la Puerta”. Pasó muchos años sin cultos y casi en el olvido, no llegando incluso a distinguirse su imagen envuelta por el polvo del tiempo y tras el cristal que cubría la hornacina.
En el año 1926, coincidiendo con el segundo centenario de la consagración de la parroquia, siendo Obispo de Cádiz, Marcial López Criado y cura párroco de San Lorenzo, José Malvares Parodi, se exornaron los retablos de las naves del crucero, dedicándose el retablo de la derecha para culto de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de los Desconsuelos, y el de la izquierda, por expreso deseo de S. E. Rdama., se destinó para el culto del Santísimo Cristo de la Expiración (el Señor de la puerta).
Dado el lamentable estado de abandono en que se encontraba, se hizo necesaria una exhaustiva limpieza, más como la imagen estaba en buenas condiciones, no fue necesario emplearse en modificaciones ni reparaciones que afectaran a la madera, por lo que la talla fue respetada en toda su integridad.
Esta restauración se llevó a cabo por el insigne artífice gaditano, José Aguado, utilizando como zona de trabajo, la capilla de Ntra. Sra. de los Dolores de la V.O. T., cedida gentilmente a este fin.
María Santísima de la Victoria
La Junta Pro-Cultos del Santísimo Cristo de la Expiración, bajo la presidencia de Luis Arroyo Crespo, en sesión celebrada el día 26 de marzo de 1938, acuerda adquirir una imagen de la Santísima Virgen para co-titular de la futura cofradía.
Después de oír la sugerencia propuesta, sobre la posibilidad de obtener una imagen existente en la iglesia de Capuchinos, bajo la advocación de María Santísima de los Dolores que carecía de cultos, se desestima la idea y se aprueba por unanimidad encargar la ejecución de una nueva imagen, cuyo título sería el de María Santísima de la Victoria, basándose en el hecho siguiente: “debido a la dolorosa Cruzada, por la que atravesaba nuestra querida España, con profunda fe en el Altísimo, esperaban el final de la contienda, con una “Victoria” que nos garantizaran una paz justa y duradera.”
La imagen de la Santísma Virgen se debe al imaginero Emilio Luis Bartús Loreto, que utilizó de modelo a su propia hermana, fallecida en plena juventud, poco tiempo atrás, y que el citado artista prometió de forma desinteresada la donación de la imagen, pero dada su modesta situación económica, la Junta le ofreció abonarle los gastos de materiales, que el artífice aceptó con algunas reservas. Así, el día 11 de enero de 1940 fue bendecida la imagen de María Santísima de la Victoria.
La junta de gobierno qdecidió transformar la imagen de Nuestra Señora, encargando a su propio autor que incluyera en el rostro algunas modificaciones, al objeto de disimular algo du aspecto juvenil y darle mayor expresión de Madre dolorosa.
Estuvo así por muchos años, hasta que en 1988, se decidió restaurarla encomendando esta importantísima labor a un joven imaginero gaditano, Luis González Rey.
El imaginero se deshizo de todos los añadidos recuperando la imagen original de Bartús y restaurando dicha talla, quedando con el aspecto con el que la vemos ahora, con su cara de madre sufriente pero al mismo tiempo con la dulzura y la ingenuidad de una niña.
El Cristo va entronizado en paso barroco realizado en 1955 por Juan Pérez Calvo, contando con ángeles mancebos de Luis Ortega Brú. En el frontal aparece el escudo de esta Corporación penitencial, muestra canasto siguiendo el gaditano perfil de "pecho de paloma".
Se ilumina con candelabros de guardabrisas. Actualmente se está procediendo a dorar de nuevo el paso en los talleres sevillanos de Nuestra Señora del Carmen.
Paso de palio
La Virgen de la Victoria procesiona bajo un palio de estilo malagueño, realizado en los talleres de Angulo de Lucena en 1957, excepto la candelería y los candelabros de cola obras de Villarreal, todo ello ha sido vuelto a platear en Orfebrería Méndez de Sevilla.
El palio, bordado en oro sobre terciopelo azul, fue realizado por las Trinitarias de Málaga en 1960.