Ya suma dos años. Dos años en donde Ella es la única. En su día, en el Viernes de Dolores, Servita ha vuelto a procesionar haciendo de las Vísperas el mejor anticipo de la Semana Santa que nos llega.
La celebración del triduo y la eucaristía antes de la salida procesional han ido anunciado la procesión de esta tarde en Cádiz.
Casi un centenar de hermanos vestían su hábito en el interior de la iglesia de San Lorenzo a la espera de abrir las puertas y acompañar a María Santísima de los Dolores en su caminar por la ciudad con el fin de hacer estación de penitencia.
No llovía. Pero el viento de Levante era demasiado fuerte, especialmente en algunos lugares de la ciudad donde combate con gran fuerza, como en la plaza de la Catedral o esas esquinas del casco histórico que pueden ser tan traicioneras.
Pero a pesar de esta inclemencia meteorológica, la cuadrilla de José Julio Reyeros estaba preparada para llevar de manera elegante a la Señora.
Unos minutos antes de las 19 horas las puertas de San Lorenzo se abrían para que la primera Cruz de Guía se plantase en la calle en esta nueva Semana Santa.
Y en la calle Sagasta mucho público ansioso por ver y disfrutar de nuevo de la Semana Mayor.
Un gran grupo de monaguillos, casi una veintena, reían tras la Cruz de Guía, mientras que el resto de hermano, con hábito y escapulario negro tomaban su cirio y comenzaban a andar hacia la Catedral.
Acompañado en la presidencia a la Orden el párroco de San Lorenzo y miembro del Cabildo Catedral, el padre Jesús García Cornejo. Tras el palio, el fraile Fray Franco, de preste, que ha sido el encargado de predicar el triduo.
Y delante de la Virgen el grupo de acólito que estrenaba el juego de dalmáticas completo, con diseño de Ramón Fernández Ruiz y Jesús Savona, y las albas de los monaguillos.
En pocos minutos se ponía el paso en la calle tras una complicada maniobra dirigida por su capataz.
Fuera la banda de música Maestro Dueñas, tras interpretar la Marcha Real, comenzaba a marcar los sones de Mater Mea y, a continuación Virgen del Valle, sonando, además, tambores templados para el paso de la Virgen.
El viento no dejaba que la candelería del palio de la Virgen se encendiese, ni siquiera la vela en recuerdo de los Cristianos Perseguidos, ubicada junto a las “marías” en la parte derecha del palio.
Con paso lento pero seguro, para que el viento de Levante no formase un remolino en el interior del palio fue avanzado el paso hacia el primer templo de la Diócesis.
Un acto de penitencia en el interior y después, de camino a San Lorenzo tomando parte de la Carrera Oficial, hasta la plaza del Palillero.
Y en este camino, el paso por Montañés para encontrarse con las Madrinas de coronación, las Madres Concepcionistas Descalzas. Sin embargo, tras el fallecimiento de la madre Sor Benita este jueves provocó que se suspendiese el acto a las puertas del convento.
Precioso el recorrido por la calle San Miguel, Cervantes y Gaspar del Pino.
Mágico el transcurso del cortejo por Santa Inés y Sagasta hasta llegar a su casa pasadas las 12 de la noche acompañada por numeroso público que disfruta de este momento cofrade que nos regala Servitas el Viernes de Dolores.
Año
2017
Imágenes
La Orden Seglar procesionó por segundo año consecutivo el Viernes de Dolores convirtiéndose en la protagonista de las Víspera
Fecha