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Prisionero de tus manos
Prisionero de tus manos
Prisionero de tus manos
Prisionero de tus manos

Todos los colores son válidos para cantar carnaval


La comparsa mixta de Barbate ‘Prisionero de tus manos’ se presentan como marionetas manejas por un titiritero. Ellos son esclavos porque “son negros” y defienden el color de su piel.     Los pasodobles, el primero preguntan dónde están los ángeles de la guarda para esos niños que pasan hambre en África. Y dicen que el pintor “nunca pintó los angelitos negros, porque tuvo que pensar que los ángeles eran esos niños”. Y ellos, que se ven protegidos, le piden a su ángel de la guarda que nunca los abandone. El segundo sobre su padre que le ha obligado a que le guste el fútbol. Dice que su padre sólo grita en el fútbol y se avergüenza de él. Dicen que ya no quieren ser futbolistas, porque su padre no acepta el “juego limpio”. El segundo sobre “el color que su piel”. Ellos dicen que por ser negro no son diferente a los demás. Tienen amigos y familias. Y para los ojos del Señor “somos iguales”. Y ellos dicen que lo mejor es vivir con la sonrisa que tienen ellos dibujada en la cara.     Los cuplés, el primero sobre un vendedor de pescado, que le deja “las caballitas baratas si se las lleva todas”. El segundo sobre el Pequeño Nicolás, al que ellos le “dan su amistad, a ver si los cuela en la Final del Falla”.     En el popurrí estas “marionetas de color” siguen con un repertorio alegre y bien interpretado por esos jovencitos barbateños. Ellos quieren ser libres “como el aire y el viento” y disfrutar de Cádiz, donde "ellos mueren". Porque Cádiz "es su camino".
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Prisionero de tus manos
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