Comparsa, la luz de cádiz - preliminar

Remolino ilumina el falla

Tras rozar la final en la modalidad de comparsa el pasado certamen con 'Los campaneros', Kike Remolino regresa con 'La luz de Cádiz'. Y lo hace con cambios en su agrupación como la incorporación de Tony Piojo que refuerza la primera alienación con Paco Pellejo con quien coincidiera ya en grupos como 'Los inmortales' o 'La sereníssima'. También ha sufrido bajas de última hora como la de Tato, que ha sido sustituido por Juan Luis Sambruno. "La luz de Cádiz tiene la magia divina, que te lo dice un farolero", así remata la presentación. El grupo de nuevo apuesta por un puesta en escena espectacular.  En el primer pasodoble, Remolino habla de cómo es su hijo el que le anima cada año a salir. El segundo, Remolino rinde homenaje a Tato, su guitarra, que resultó baja este año por enfermedad.  En cuanto a los cuplés, el primero a la factura de la luz que van a tener que pagar por todos los faroles que tienen encendidos. Dicen que se los dejan al "alcalde para Navidad". "Enciéndeme por febrero que yo cuando digo te quiero, nunca me tiro un farol", dice el remate del estribillo.  El popurrí arranca con una historia de amor entre la luz y la oscuridad. Juegan con el amor y el juramento del farolero. "Aquel que una luz maltrata no encontrará faroleros", dicen. Van a por todo. 

Remolino ilumina el falla

Tras rozar la final en la modalidad de comparsa el pasado certamen con 'Los campaneros', Kike Remolino regresa con 'La luz de Cádiz'. Y lo hace con cambios en su agrupación como la incorporación de Tony Piojo que refuerza la primera alienación con Paco Pellejo con quien coincidiera ya en grupos como 'Los inmortales' o 'La sereníssima'. También ha sufrido bajas de última hora como la de Tato, que ha sido sustituido por Juan Luis Sambruno. "La luz de Cádiz tiene la magia divina, que te lo dice un farolero", así remata la presentación. El grupo de nuevo apuesta por un puesta en escena espectacular.  En el primer pasodoble, Remolino habla de cómo es su hijo el que le anima cada año a salir. El segundo, Remolino rinde homenaje a Tato, su guitarra, que resultó baja este año por enfermedad.  En cuanto a los cuplés, el primero a la factura de la luz que van a tener que pagar por todos los faroles que tienen encendidos. Dicen que se los dejan al "alcalde para Navidad". "Enciéndeme por febrero que yo cuando digo te quiero, nunca me tiro un farol", dice el remate del estribillo.  El popurrí arranca con una historia de amor entre la luz y la oscuridad. Juegan con el amor y el juramento del farolero. "Aquel que una luz maltrata no encontrará faroleros", dicen. Van a por todo.