En el Convento de Santo Domingo los gaditanos veneran a su Patrona, la Virgen del Rosario, que recibe fervoroso culto en el camarín central de su retablo mayor. La hermandad del Rosario, integrada en principio por los esclavos negros residentes en la ciudad, surge a finales del siglo XVI en la antigua ermita del Rosario, hoy parroquia del mismo nombre. Con la llegada a la ciudad de los frailes dominicos y la fundación de su convento, estos se hacen cargo de la dirección espiritual de ésta hermandad, que se traslada llevando consigo a su imagen titular al nuevo templo, en 1636. Esta creciente devoción motiva que a partir de 1691 el capuchino Fray Pablo de Cádiz fundara una por una hasta quince compañías espirituales que cada noche cantaban públicamente los misterios del rosario por las calles de la ciudad.
Por otro lado, la intervención milagrosa de la Virgen del Rosario en las epidemias de 1681 y 1730, motiva que en 1755, en el terremoto de Lisboa que se dejó notar con bastante fuerza en nuestra ciudad, donde los gaditanos asustados corrieron hacia la puerta del convento de Santo Domingo para que los dominicos sacaran procesionalmente a la Virgen para parar la fuera del mar, el Ayuntamiento de la ciudad, nueve días después, tuviese a bien nombrarla Patrona y Protectora de la Ciudad de Cádiz, patronazgo que la Santa Sede, mediante bula otorgada y firmada por Pío IX, ratifica el 25 de junio de 1867, siendo obispo de la ciudad Fray Félix. La Virgen del Rosario fue coronada canónicamente por el cardenal y arzobispo de Sevilla, Pablo Segura, el 4 de mayo de 1947. Desde el 26 de mayo de 1967 ostenta la vara de Alcaldesa Perpetua de la ciudad, y también tiene honores de Capitán General. Éstos, concedidos por los marinos, que la tienen por Patrona de la Armada Española desde la victoria de Lepanto (7 octubre de 1571). Y tiene, infinidad de regalos de gentes de toda condición.