Dudas, muchas. La misma que ilusión. Pero las previsiones meteorológicas no eran nada buenas. Durante toda la jornada las lluvias iban a ser intermitentes, pero a partir de las 3 de la madrugada serían constantes y fuertes. Precisamente la hora en la que la cofradía del Perdón tiene recogido en sus estatutos la hora de su salida procesional.
En la reunión celebrada por las cuatro cofradías del Jueves Santo y las dos de la Madrugada, el hermano mayor del Perdón, Manuel Garrido, comunicaba que anunciaría su decisión a la 1.30 horas, una hora y media antes de la salida procesional. Finalmente el comunicado se ofreció antes de lo previsto debido a las fuertes lluvias que estaban cayendo sobre Cádiz. De hecho, a la hora que estaba prevista la salida procesional continuaba lloviendo.
Pero tendrían que pasar muchas horas desde el mediodía hasta la madrugada y en donde se iban sucediendo todas las suspensiones de las salidas procesionales de todas las cofradías que tenían previsto salir el Jueves Santo.
Pero a pesar de las circunstancias, la cofradía seguía manteniendo la convocatoria para sus hermanos de encontrarse en la parroquia de Santa Cruz a la hora prevista para preparar la salida procesional. Pero, en caso de suspensión, la junta de gobierno sí iba a mantener la celebración de la estación de penitencia, aunque en el interior de la Catedral Vieja.
La decisión obligaba a dejar en la sede canónica el paso de misterio que estrenaba la realización de la policromía de toda la imaginería menor del paso de Misterio, obra del desaparecido imaginero san roqueño Luis Ortega Bru. Ángeles, evangelistas, profetas y cartelas de todo el canasto del paso, con lo que resaltará sobre el fondo color caoba del paso.
Y se tomó la decisión. La cofradía no saldría a realizar su estación de penitencia por riesgo a las lluvias que se anunciaban durante la Madrugada. Era una decisión muy difícil, sobre todo en el año en que la cofradía, sólo acompañada por Descendimiento, procesioaba por las calles de Cádiz durante la Madrugada del Viernes Santo. Pero la razón ganó al corazón.
Las lagrimas fueron inevitables en los ojos de los hermanos de la cofradía del Perdón que el pasado año vivía los 75 años de su fundación, y también de los cargadores, tanto de la cuadrilla de la Virgen del Rosario como del Cristo del Perdón que este años, además, cumplía 15 años desde su creación.
