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Las previsiones meteorológicas eran muy negativas y las hermandades del Viernes Santo eran conscientes. Así, a las 14.30 horas los representantes de Buena Muerte, Expiración, La Sed y Servitas –Ecce Mater Tua no pertenece al Consejo de Hermandades- decidieron después de una hora apurar sus decisiones hasta casi el momento su salida procesional.
La primera fue, como era previsible, la cofradía de Expiración que a las 17 horas, cuando tenía previsto plantar la cruz de guía en la plaza Fragela, el hermano mayor, Vicente Rodríguez, anunció a sus hermanos en la parroquia de la Castrense la decisión de no realizar la salida procesional. En ese momento, las lágrimas afloraron de los ojos de muchos hermanos que no vivían por primera vez esta situación, aunque siempre es igual de dolorosa. Tras un acto de oración, la hermandad abrió las puertas del templo para que se pudiese rezar a los titulares.
Sorprendentemente, la hermandad de La Sed sí decidió realizar la estación de penitencia de la Catedral porque, según la junta de gobierno decía tener partes meteorológicos favorables. Por eso decidieron salir a la calle, acompañados por la banda del Perdón de San Fernando, que tocaba al Cristo de manera gratuita. Curioso también era ver al Cristo sin la corona de espinas que accidentalmente se había roto durante la mañana del Viernes Santo. La cofradía realizó el recorrido completo, aunque con prisa por si le sorprendía la lluvia durante el camino de regreso a la parroquia de La Merced.
Lo Orden de Siervos de María manejaba desde por la mañana los mismo partes meteorológicos desfavorables que el resto de la cofradías del Viernes Santo. Lluvia es lo que anunciaban durante la tarde. Así que la decisión de no realizar la salida procesional era casi segura. Pero el consejo de gobierno de la Orden debía esperar hasta el último momento para suspender o no la salida. A las 19 horas el prior, Miguel Puertas, comunicó la decisión a los hermanos, cargadores y acólitos, esperando la llegada del 17 de septiembre para poder salir a la calle para la coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores. Cuando terminó el acto de penitencia, las puertas del templo de San Lorenzo donde la Virgen ocupada el centro del altar mayor, al igual que el Jueves Santo Afligidos, mientras que en el lateral, aún se secaban las imágenes y el paso de Descendimiento.
Por último, fue la cofradía de Buena Muerte la que decidió suspender la salida procesional a las 21 horas. La hermandad celebró todos los actos previstos, como el turno de vela por la tarde y, a partir de las 19.15 horas, el rezo del vía crucis en el interior de la parroquia de San Agustín. Pero las peores meteorológicas parecían que se iban a cumplir, y la cofradía decidió no salir a la calle, sobre todo si se tenía en cuenta la reciente restauración del Santísimo Cristo, una talla que no se puede poner en riesgo.
Tras la comunicación a los hermanos de que no se realizaría la estación de penitencia en la Catedral, la hermandad celebró la estación de penitencia dentro del templo a puerta cerrada, en la intimidad de la corporación.

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Solo la sed procesiona en un viernes santo huérfano de hermandades
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