Al final pasó el susto y el tiempo se portó en el inicio de la Semana Mayor de 2012. Tal y como amaneció la mañana nadie podía prever que no se escapara ni una gota de agua y que las cinco hermandades del día procesionaran sin ningún tipo de problemas.
La media hora de retraso en todas las salidas hicieron que los gaditanos tuvieran aún más tiempo para acercarse hasta los alrededores de los distintos templos para vivir de cerca la salida a la calle de cada una de las corporaciones que procesionaban en este jubiloso día de palmas, hosannas y olivo, cuyas ramas se reparten en las distintas misas de palmas que se celebraron a lo largo de la mañana por toda la ciudad, la de la Catedral presidida por el deán, padre Enrique Arroyo Camacho.
Colegio Salesiano, Alameda, Compás de Santo Domingo, San Agustín y alrededores de la parroquia de San Lorenzo fueron los lugares concitados por los gaditanos para disfrutar del arte y la plasticidad de los pasos, tanto los de misterio como los de palio, de la música semanasantera y, porqué no, oler ese inconfundible perfume que es el incienso. Todo junto hacen una mescolanza difícil de igualar.
La amenazante lluvia, que al final no cayó sobre la ciudad, hizo que las cinco hermandades retrasaran media hora su salida. La Hermandad de Jesús del Amor Despojado de sus Vestiduras fue la primera en poner su cruz de guía en la calle, concretamente a las 14.25 horas desde el Pabellón Deportivo del Colegio San Ignacio. Mucho público en la cita cofrade para ver de cerca y palpar la cuarta estación de penitencia de la corporación salesiana que, poco a poco, va ampliando su patrimonio. El año que viene procesionará ya sobre su paso, aunque en la primera fase de carpintería.
La segunda hermandad llegaba desde la Alameda de Apodaca, una zona emblemática del casco antiguo de la ciudad donde los religiosos carmelitas descalzos dan cabida, aunque sólo sea como sede de salida, a la cofradía conocida como La Borriquita. Niños y mayores con palmas recordando a los cristianos la entrada de Jesús en Jerusalén. Detrás, la guapa entre las guapas, Nuestra Madre y Señora María Santísima del Amparo, entronizada en su ascua de luz y color que es su paso de palio, verdadero joyel para la Señora.
La tercera hermandad aparecía en Carrera Oficial proveniente del convento de los frailes de la Orden de Predicadores. La Sagrada Cena está viviendo sus mejores años. No hace mucho tiempo nadie apostaba por esta corporación y ahora es una de las que evoluciona cada año. Está consiguiendo un paso de misterio que será una auténtica joya y tiene muchas ganas de que su imagen mariana advocada Reina de Todos los Santos pase a engrosar la nómina de dolorosas bajo palio.
Otra Orden, esta vez la de los Agustinos, mantiene en su seno a la Cofradía de la Humildad y Paciencia, la que tiene orígenes vascos y, por eso, está hermanada con la de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de Begoña, de Bilbao. La hermandad presenta cada año un rico y extenso patrimonio procesional adquirido con el paso de los años. Sus dos imágenes, la del Cristo obra de Jacinto Pimentel, y la de la dolorosa realizada por el artista onubense Sebastián Santos Rojas, son muestras inequívoca de la calidad que atesora desde su nacimiento.
Por último, la Archicofradía del Pilar de Zaragoza procesiona en Semana Santa a Jesús de las Penas y María de la Caridad. Ésta es otra de las hermandades que se está haciendo grande con el paso de los años. Presenta en la calle un estupendo cortejo con dos pasos que van a quedar de lo mejor una vez acabados. Todas realizaron una excelente salida procesional y el tiempo y el público acompañaron. La alcaldesa de la ciudad visitó a las hermandades del día en sus respectivos templos poco antes de iniciar su salida procesional.
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