Mayor Dolor y Salud, ¡qué dos mejores advocaciones para una hermandad que es sanitaria desde sus orígenes! Santa Cruz, la Catedral vieja de Cádiz, abrió ayer sus puertas, por vez primera en esta Semana Santa, para despedir por unas horas a la Hermandad de la Sanidad, corporación de negro y con cirios tinieblas al cuadril que fue la tercera en procesionar por la Carrera Oficial.
Las naves del templo catedralicio fueron testigos mudos de la preparación del cortejo antes de salir a la calle. Una vez que todos los negros penitentes con ancho cinturón de esparto de color amarillo, que iban en las secciones del primer paso atravesaban la puerta de la parroquia camino de la plaza Fray Félix, se escuchó el primer toque de martillo para que los cargadores se colocaran en su sitio bajo el paso de misterio.
Gerardo Navarro Galvín ordenó a sus hombres la primera levantá para ir colocando el paso enfocado hacia la puerta. Una vez allí comenzó la maniobra de salida y ya en la calle se dio fondo.
Mientras se preparaba la Capilla Musical Lignum Crucis, de San Fernando, que era la encargada de dedicar motetes y saetas antiguas a Nuestro Padre Jesús del Mayor Dolor. La salida del paso del Señor fue muy emotiva puesto que el silencio fue también protagonista de la escena hasta que el paso, a paso horquilla, se fue perdiendo por los recónditos rincones del viejo barrio.
Tras esta primera parte del cortejo se formaba la segunda compuesta por los hermanos de negro que acompañaban el palio de cajón de la Señora de la Salud. Varios de ellos presentaban al público las insignias de la hermandad.
El paso de palio abandonaba después el viejo templo portado en los hombros de la cuadrilla de cargadores que dirige Andrés Cano de las Casas. La Banda de Música Gailín, de Puerto Serrano, procesionaba detrás del palio para dedicarles un variado repertorio de marchas de las llamadas serias.
La corporación sanitaria bajó desde el barrio de El Pópulo hasta el centro de la ciudad, pero antes realizó la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. El cortejo, seguidamente, cogió las calles Compañía y Santiago para entrar directamente en la Carrera Oficial. Todo el trayecto fue seguido por mucho público que acompañó a la silente hermandad por las calles de su barrio, estrechas y cofrades, hasta su recogida en la parroquia de Santa Cruz.
La Banda de Música Gailín tenía preparado para esta última zona de su itinerario la interpretación de grandes y conocidas marchas como Sanidad, de García Pulido; Sevilla cofradiera, de Gámez Laserna; Solea dame la mano, de Manuel Font de Anta; Tus dolores son mis penas, de Antonio Pantión; ¡Una lágrima!, de Ramón Roig; Virgen de la Cabeza, de Pedro Morales y Virgen del Valle. Todas ellas serias y solemnes.
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