Pese a los malos augurios de la mañana, la cosa estuvo clara en las diferentes juntas de gobierno por la tarde y las cinco hermandades del día salieron de sus respectivos templos para efectuar estación de penitencia en la Catedral.
Ni que decir tiene que los gaditanos, dado la bonanza que experimentó el tiempo por la tarde, se echaron a la calle para vivir intensamente la jornada del Martes Santo.
La primera hermandad en salir a la calle, que no en hacer estación penitencial, fue la de Jesús Caído y María Santísima de los Desamparados que lo hizo desde la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios del convento franciscano. Cofradía joven y con tintes universitarios que ha demostrado, con el paso de los años, que trabajando bien se puede conseguir evolucionar tan positivamente como lo ha hecho ella.
En la actualidad, radicada provisionalmente en el templo franciscano por las obras en el Colegio Mayor, pone en la calle dos hermosos pasos y un cortejo procesional con bastantes hermanos que acompañan a sus sagradas imágenes titulares. La dolorosa procesionaba con el estreno de la nueva corona de reina realizada en plata.
La segunda corporación en poner su cruz de guía en la puerta de la parroquia de San Antonio fue la Archicofradía de Jesús Atado a la Columna y Azotes y María Santísima de las Lágrimas. La nueva junta de gobierno de la hermandad está también trabajando duro para enderezar su rumbo, un poco perdido en los últimos años.
El paso del Señor se está haciendo la talla y todo hace pensar que quedará magnífico. El dibujo de la canastilla ha sido bocetado de nuevo y ya este año ha estrenado algunos cambios en la talla.
La tercera penitencial en procesionar fue la Cofradía del Cristo de la Piedad y María Santísima de las Lágrimas que lo hizo desde la iglesia de Santiago Apóstol. Con reminiscencias castrenses, saca a la calle un suntuoso cortejo que cada año mejora su estética.
El paso de misterio es una auténtica obra de arte, un túmulo fúnebre para el Señor con cuatro faroles en las esquinas que le dan una mayor sobriedad. Significar que la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Victoria, de León, volvió a causar sensación.
El paso de palio, de estilo catedralicio, donde se entroniza la Señora es otra obra de arte. Palio de cajón entonado en morado donde destaca los seis faroles de orfebrería, tres en cada lado, a modo de candelabros de cola.
La cuarta hermandad, que salió de la iglesia de la Conversión de San Pablo, fue la Archicofradía de Jesús del Ecce-Homo, María de las Angustias y San Juan Evangelista con ese halo de romanticismo que pone en la calle cada Martes Santo.
Perfecto cortejo de hermanos, tanto en el misterio como en el palio, destacando este año la recuperación del cornetín de órdenes para la comitiva después de 30 años sin salir en ninguna hermandad. Destacar también el manto largo rojo bordado en oro que luce el Señor y los respiraderos del paso de palio con las capillas de las patronas de distintas poblaciones gaditanas.
Por último, la quinta hermandad del día en partir desde la Catedral Vieja, con destino a la Catedral, fue la de Jesús del Mayor Dolor y María de la Salud (Sanidad), por el nexo de unión que tiene con el sector sanitario. Lo hizo a las 18.45 horas desde la parroquia del Sagrario de la Santa Cruz.
Esta es una corporación que los gaditanos cofrades han visto también evolucionar en positivo durante los últimos años. Presenta en la calle un serio y logrado cortejo, ratificado con esos hábitos totalmente negros con ancho cinturón de esparto de color amarillo.
El paso del Señor, una de las pocas obras de Miguel Láinez que todavía se mantienen en la ciudad junto al Señor caído y Jesús de Medinaceli, ha ido creciendo de forma abismal con la incorporación de las tres mujeres hebreas. El paso de la dolorosa va creciendo también. El paso de misterio va a horquillas y con capilla musical y el de la Virgen a paso tambor y con banda de música.
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