La jornada del Jueves Santo pasó sin pena ni gloria y pasará a la historia por su incertidumbre y el riesgo de precipitaciones.
También se recordará porque este día falleció repentinamente el padre José Vizo Méndez, canónigo-ecónomo de la Santa Iglesia Catedral, precisamente en la Sacristía de este templo mientras preparaba los Santos Oficios.
Ya por la mañana se temía lo peor porque los partes meteorológicos no eran para nada fiables y la cosa se recrudeció por la tarde. A la hora anunciada la Hermandad de la Oración en el Huerto ponía la cruz de guía en la calle Tolosa Latour, concretamente delante de la puerta de su capilla-almacén.
El cortejo emprendió seguidamente el camino por Bahía Blanca en dirección a la Catedral para realizar su estación penitencial. Pero cuando el paso de misterio procesionaba por las Cuestas de la Calesas y el de palio estaba llegando al Torreón de las Puertas de Tierra surgió la lluvia que comenzó a caer de forma intermitente.
La junta de gobierno metió a toda la procesión bajo los arcos del monumento y el paso de Cristo anduvo sobre sus pasos y se guareció también en el mismo lugar.
La hermandad, cuando escampó, dio marchas atrás y regresó a su capilla-almacén para recogerse rápidamente. La segunda hermandad del día, Los Afligidos, retrasó en principio la salida y después se arriesgó a salir pero sólo hasta la Catedral y quedarse allí porque su único paso participa en la Magna del próximo Sábado Santo.
Al final no pudo hacerlo porque empezó de nuevo a llover y, además, no podía entrar en la seo porque todavía no se había producido el levantamiento del cadáver del sacerdote. Los Afligidos suspendió también la salida procesional. La tercera en salir tenía que ser la Hermandad del Nazareno.
La junta de gobierno retrasó también la hora de salida pero no pudo aguantar más y, al final, tuvo también que suspender definitivamente la estación de penitencia.
La cuarta y última hermandad del día, la de Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli), retrasó la salida media hora y se arriesgó para ir a la Catedral.
El cortejo fue perfecto por las calles del barrio de El Pópulo y entró sin problemas en la Catedral, pero una vez dentro realizando su estación de penitencia supo que los partes meteorológicos daban agua para más tarde y la junta de gobierno decidió regresar a su templo parroquial pero por el camino más corto, es decir por el Campo del Sur.
La madrugada del Viernes Santo entró con la misma tónica. La Hermandad del Descendimiento de la Santa Cruz tuvo también que suspender la salida por el anuncio de lluvia y la del Perdón, la última de la madrugada, sólo sacó el paso de misterio que, a las 3.00 horas, se fue en Vía Crucis y sin música, para el primer templo diocesano.
La junta de gobierno decidió por unanimidad adelantar el traslado del paso de misterio a la Catedral para esperar allí la Magna. En definitiva, una larga jornada atípica que será recordada como la del emblemático año 2012.
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