La última hermandad del día tampoco pudo salir. La junta de gobierno, reunida bastante tiempo antes de la llegada de la hora para iniciar la salida procesional, tomó la decisión definitiva de suspender por este año la estación de penitencia.
Los hermanos, tal y como fueron llegando al templo, conocieron la triste noticia que fue recibida como siempre, con mucha tristeza y, a la vez, resignación porque contra el destinos no se puede hacer nada.
Por lo tanto, la corporación penitencial se queda dentro otro año más, y van dos consecutivamente, ya que en 2011 tampoco pudo hacerlo por el mismo motivo, la amenaza de lluvia.
Lo que sí celebró la hermandad fue el Turno de Vela en torno al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una portentosa obra aún sin atribuir, y la colocación de la imagen sobre su magnífico paso de madera de caoba.
Mientras tanto, la Santísima Virgen del Mayor Dolor se encontraba en su paso de palio, entonado en negro y con crestería sobre las bambalinas, esperando poder andar por una ciudad algo nerviosa e insatisfecha porque se acababa el Viernes Santo y no habían podido contemplar ninguna procesión.
Ni la cuadrilla de Pablo Lacave Ravina, para el paso de Cristo, ni la de Daniel Robledo Pérez, para el de palio, pudieron portarlos esta noche.
La junta de gobierno de la corporación invitó a los hermanos que iban a procesionar a que se quedaran en el templo y participaran en el Vía Crucis claustrar que se iba a celebrar por las naves de la iglesia.
Tampoco se pudo escuchar por las calles de su recorrido penitencial el lúgubre sonido de las capillas musicales, A Capella, de Sanlúcar de Barrameda, y Mayor Dolor, de Cádiz, junto con el sonido de las horquillas de los cargadores golpeando el suelo.
La hermandad tenía previsto estrenar también los dos farioles exteriores situados en la trasera del paso de palio en sustitución de los candelabros de cola. El año que viene se completará el juego con dos más.
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