El paso de misterio de la Hermandad de los Afligidos era el único que procesionaba por las calles de la ciudad en la tarde de hoy. Sobre las 19.30 horas, el hermano mayor de la corporación, Ramón Velázquez, ordenaba que se abrieran las puertas de la parroquia de San Agustín para que saliera el cortejo de traslado del paso de misterio hacia la Santa Iglesia Catedral para que en sus naves espere la Procesión Magna de mañana, Sábado Santo.
El cortejo de Afligidos salió del templo conformado por la cruz parroquial y ciriales, hermanos penitentes con el hábito de la hermandad, a excepción de los niños y de los paveros, con cirios y bocinas integraron las secciones de acompañamiento de Jesús de los Afligidos y María de los Desconsuelos.
Tras ellos el servicio de paso y la presidencia con el hermano mayor y miembros de la junta de gobierno. El paso cerraba el cortejo, sin acompañamiento musical, portado por la cuadrilla de cargadores al mando de José Julio Reyeros Cánovas.
El cortejo, poco a poco, se fue acercando hasta la plaza Pío XII para entrar a paso horquilla, igual que hizo todo el recorrido, en el primer templo y dejar allí el paso.
El público que, en gran cantidad, contemplaba el cortejo de traslado por las calles que conforman el itinerario desde San Lorenzo hasta la Catedral pudo admirar la magnífica restauración a que ha sido sometido el paso a cargo de la empresa Ars Nova.
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