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El Lunes Santo no parecía que fuese a ser un gran día. Desde primeras hora de la mañana la lluvia estaba presente sobre la ciudad. Algo que hacía pensar que las salidas procesionales de La Palma, el Nazareno del Amor, Prendimiento y Vera Cruz podrían suspenderse.
Pero no fue así. Los partes meteorológicos anunciaban que a partir de las 19 horas se mejoraba el tiempo, por lo que solo había 3 horas de riesgo de lluvias.
La cofradía de La Palma, que estrenaba junta de gobierno, fue la primera decidida. Puntual, a las 16 horas, las puertas de la parroquia del barrio de La Viña se abrieron para iniciar su salida procesional, aunque con paso rápido.
Un camino diferente, ya que, después de varios años, pasaba de nuevo el cortejo por el Campo del Sur. Aquí fue precisamente, donde uno de los cargadores del paso de misterio del Cristo de la Misericordia, tuvo que ser trasladado hasta el Hospital Puerto del Mar por la fractura de un dedo, y de la que fue operado inmediatamente.
Un incidente que fue una desagradable anécdota en la cofradía de La Viña. Magnífica fue la entrada de la cofradía en la Catedral de Cádiz, sobre todo, la subida de la Virgen de las Penas, dirigida por el capataz, Ramón Velázquez, que cumplía 25 años con el martillo del palio. También cumplía 25 años el vestidor de la Dolorosa, Juan León, y el doble, 50 años, el magnífico palio de María Santísima de las Penas, que entraba en la plaza de la Catedral con la marcha Virgen de la Palma.
Saetas para el Cristo de la Misericordia y para María Santísima de las Penas, por su barrio, en la Catedral, por la calle San José y por cada uno de los rincones de la ciudad.
La entrada en su barrio fue la guinda al pastel. El Cristo de la Misericordia fue arropado por los devotos, que no querían separarse de Él. Y Ella, majestuosa en su paso, conquistó un año más a su barrio, entrando en su casa a las 00.45 horas.
Una hora más tarde
La hermandad del Nazareno del Amor sí fue prudente en esta tarde de Lunes Santo, en la que se cumplían 50 años de que procesionase por primera vez la Virgen de la Esperanza. Una salida muy especial. Por eso, la junta de gobierno decidió retrasar una hora y 20 minutos (la salida estaba prevista para las 15.45 horas y salió, finalmente, la cruz de guía, a las 17.05 horas).
Una salida que, como siempre, no quisieron perderse los hermanos fundadores, que han sido los que han donado a la Virgen de la Esperanza el fajín que ha lucido este Lunes Santo.
Un año más, sin embargo, la cofradía no ha podido pasar por la calle Santiago Terry para visitar a los ancianos de la residencia Alvernia, dirigiéndose directamente a la Catedral por la calle San Francisco.
Preciosa fue de nuevo la petalada organizada por los hermanos más jóvenes de la cofradía en la calle Pelota, llegando a la plaza de la Catedral. Una lluvia de pétalos de flores para la Esperanza del Amor, para la que este año ha cumplido 50 años junto al Nazareno Blanco.
Con paso rápido, por temor a la lluvia, la cofradía anduvo pegada a la cofradía de La Palma. A las 19.30 horas, cuando salía la cofradía de Vera-Cruz, entraba el Nazareno Blanco en el interior de la Catedral. Momento en el que salía por la puerta de Arquitecto Acero el palio de la Virgen de las Penas, acompañada por la marcha Virgen de Montserrat, hasta la calle San José, recogiéndose a la hora prevista en la iglesia de San Francisco.
A pesar del pequeño percance sufrido en la Catedral, las dos cuadrillas siguieron con paso firme y decidido durante todo el camino de la Carrera Oficial, presentándose de manera elegante en El Palillero.
Con aires renovados
La hermandad del Prendimiento fue la tercera cofradía que se puso a la calle este Miércoles Santo. La corporación también temía el riesgo de lluvia, y esa pequeña posibilidad  de chubascos hasta las 19 horas. Pero la junta de gobierno creía que la cofradía no podía quedarse en casa, y a las 17 horas se abrieron las puertas del Carmen para dar paso al pequeño cortejo de hermanos de fila para la hermandad.
Diez minutos más tarde salía a la calle Jesús en su Prendimiento, en el antiguo paso de la cofradía de Columna. Una estampa muy diferente a la que están acostumbrados los cofrades gaditanos, y que agradó a todos.
La hermandad también se dispuso rápido por la calle hasta llegar a la Carrera Oficial, aunque los miedos de lluvia se habían disipados después de que el sol comenzase a calentar la jornada del Lunes Santo.
Bonito, sin duda, fue el gesto que tuvo la cofradía de la parroquia del Carmen con la cofradía de Columna, pasando por delante de la parroquia de San Antonio y volviendo al Señor y a la Virgen del Patrocinio, agradeciéndole la cesión del paso de misterio, un acto que fue respondido repicando las campanas de la parroquia.
En la oscuridad
La última cofradía en cerrar el Lunes Santo fue la de Vera-Cruz. De nuevo, se vio en la calle un cortejo bien dispuesto y elegante. Brillante fue la entrada en la Catedral de Cádiz, sobre todo del palio de la Virgen de la Soledad. Su paso por la Carrera Oficial también fue muy destacado, aunque lució en sus tramos finales.
Ya con la calle San Pedro, Sagasta y la plaza de San Francisco apagadas, el paso de la cofradía transmitió la seriedad y el recogimiento que la corporación quiere dar una tarde de “bulla”.
Pasada la 1.15 horas, la Virgen de la Soledad entraba en la iglesia de San Francisco con la candelería encendida, despidiendo así el Lunes Santo. 

Imágenes
Solo la amenaza de lluvia puso la nota negativa a la brillante jornada de lunes santo
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