El Lunes Santo es un día de barrios; de bulla, pero también de negro; de devociones; de penitencia.
Y siempre es un Lunes Santo diferente. No hay dos iguales. Y este Lunes Santo no ha sido menos.
La Palma, Nazareno del Amor, Prendimiento y Vera-Cruz nos han regalado una maravillosa jornada cofrade donde el sol y la ausencia de viento han sido también los protagonistas.
A las ocho de la tarde las cuatro corporaciones se encontraban en la calle, completando así una jornada que comenzaba temprano, a las cuatro menos cuarto de la tarde, cuando la archicofradía de La Palma iniciaba su salida procesional desde el barrio de La Viña.
El Cristo de la Misericordia volvía a encontrarse con un barrio que no falta a su cita cada viernes. Sobre un monte de claveles rojos donados por los vecinos de este barrio, el Santísimo Cristo ya muerto reparte su bondad en las calles de Cádiz, aunque especialmente a su gente, a sus devotos, a esa larga penitencia que le acompaña cada Semana Santa.
Y una gran devota, Rosario Valero. Una joven hermana que ha sido trasplantada el pasado mes de diciembre de médula y que este Lunes Santo ha podido estar junto a sus titulares.
Y una segunda levantá dedicada al recordado Jesús Díaz, Jesús El de la Banderas, un hombre que dio su vida a la cofradía.
Jesús que es acompañado por su Madre, María Santísima de las Penas, que de nuevo ha conquistado Cádiz en su palio dirigido por Ramón Velázquez.
Emocionante fue su llegada a la Catedral de Cádiz, por la calle Compañía con la marcha ‘Madrugá’, para adentrarse después por la Carrera Oficial y regresar de nuevo a su barrio por la calle Torre. En esta calle, con toda la candelería encendida, disfrutar del paso de este antiguo palio de la cofradía de los Negritos de Sevilla fue una delicia en esta noche en la que este obra cumple 100 años.
Pero sin duda, el momento más significativo de esta cofradía fue su llegada a la calle Virgen de la Palma donde le esperaban los viñeros y cofrades que ha querido disfrutar un año más de este momento tan especial para la cofradía.
También se concentró mucho público en la recogida de la cofradía del Nazareno del Amor, que a día de hoy no quiere perder esa manera tan particular de regresar a la iglesia de San Francisco, esperando Jesús a su Madre en la plaza de San Francisco.
El camino hasta Catedral fue muy vistoso por la calle San Francisco. Y es que esta cofradía es una de las que cuenta con mayor número de hermanos de hábitos de Cádiz.
Además, a la entrada en esta plaza, en la calle Pelota, una gran lluvia de pétalos caía sobre el palio de María Santísima de la Esperanza.
En Palillero, el Nazareno Blanco, que estrenaba su túnica, al igual que el Cirineo, entró con los sones de la marcha ‘Sentimientos de plata’, compuesta para conmemorar el 25 aniversario de la fundación de la agrupación musical Polillas.
De regreso a su casa, por la plaza de Mina y el callejón del Tinte, morado y verde, Jesús y María, se fueron uniendo hasta llegar juntos hasta su casa.
Un camino que no quisieron perderse un año más sus hermanos fundadores como Antonio Llaves o Eduardo Domench. Tampoco la pregonera de la Semana Santa de Cádiz, Rosa María Cossi Magaña, e históricos como Paco Alonso.
Una cofradía joven pero que ya tiene un sabor añejo en la Semana Santa de Cádiz.
Joven también es la hermandad del Prendimiento, que inició su camino hasta la Catedral de Cádiz a las cinco de la tarde desde la Alameda.
Impresionaba ver al Señor en su Prendimiento sobre su nuevo paso aún en la fase de carpintería, sin respiraderos y, por supuesto, sin tallar. Y bajo él, los hombres dirigidos por Francisco Baena que, acompañado por la agrupación musical Sagrada Cena, realizaron un camino acompañado por un cortejo no demasiado nutrido, pero bien dispuesto en la calle.
Tras el Señor, la imagen de la Virgen del Patrocinio, la Dolorosa que fue concebida como una Inmaculada que enamora con el color turquesa de su palio a los gaditanos y a su cuadrilla “albiceleste”, dirigida por Francisco García Palo.
Su cambio de itinerario en el regreso al Carmen de esta cofradía fue, sin duda, un acierto. Adentrándose en el barrio del Mentidero, por la calle Cervantes para llegar a la calle Bendición de Dios donde una lluvia de pétalos esperaba a los titulares de esta cofradía en la capilla del Beato Diego José de Cádiz, cada de hermandad de Prendimiento.
Cerró la noche la sobriedad de Vera-Cruz. La solemnidad que esta cofradía ofrece en la calle nos envuelve en el momento de la Pasión que representa el Santísimo Cristo, muerto en la Santa Cruz.
Cuidando todos los detalles, no sólo con los cirios votivos pintados en los ciriales o en las marías del paso de palios, sino con los cirios azules junto a la bandera concepcionista, o el ramo de rosas que llevaban unas hermanas vestidas a la Federica para los Santo Patronos en la Catedral.
En silencio, sólo con roto con la música de capilla, la imagen centenaria del Santísimo Cristo sobrecogía en esta noche de Lunes Santo tan especial de los cofrades. Una imagen escoltada por miembros del Cuerpo Nacional de Policía, que siempre acompaña a esta cofradía en su salida procesional.
Y a los pies del señor, 5 rosas para recordarnos la cinco llagas del Señor, y un cordón con tres nudos, para señalar la vinculación franciscana de esta cofradía.
Como también fue especialmente bello ver el palio de Nuestra Señora de Soledad en su palio con toda la candelería encendida, agotándose la cera poco a poco dejando ese característico “moco” que da muestra de la ausencia de viento.
En el regreso, la oscuridad reinó en la llegada de esta cofradía a la iglesia de San Francisco, en un recorrido escogido por la cofradía tras la celebración de la procesión magna de 2012.
Una noche especial, mágica, llena de emociones y sentimientos y que nos anuncia que pronto “todo estará consumado”.
Año
2015
Imágenes
Preciosa jornada con cuatro cofradías en la calle y un tiempo primaveral
Fecha