Cuentan las crónicas de 1930 que la Virgen de la Soledad ya lucía ese manto y esta saya de perlas entonces. Y es que la obra data de 1865. Una obra en terciopelo negro y perlas con un precioso dibujo que recuperaron en 1992 los bordadores Jaime Zaragoza y Pedro Utrera.
Un manto que ahora ahora luce la Dolorosa y que parece que tiene su origen en el convento de Santa Isabel de Sevilla.
Y es que hay que tener en cuenta que la hermandad del Santo Entierro era la corporación municipal, y contaba, entre sus hermanos, con la sociedad burguesa de la ciudad y que fueron los que enriquecieron el patrimonio en estos años.
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