Comparsa, la ciudad de dios - preliminar

Un beso de brasil a la caleta

Abre la sesión de clasificatorias de miércoles 5 de febrero la agrupación cabeza de serie del COAC 2020, la comparsa gaditana, La ciudad de Dios. El pasado año concursaron como Los niños sin nombre. Salen a escena representando a los habitantes de una favela de Rio de Janeiro. Son la voz del negro que con limosnas quieren callar. En el primero de los pasodobles recuerdan el sueño del pasado carnaval, viniendo la cantera y cantando por primera vez en adultos. Muestran su agradecimiento, de la forma que ellos saben, entregando de nuevo a Cádiz su comparsa. En el segundo hablan del concurso del Falla. Dicen que lo que no suena a gaditano es la afición. Mientras cantan hay muchos que tienen su vista en una pantalla. Se acuerdan de los gritos del Pillo y María, animando a los que estaban sobre las tablas. El primer cuplé a que son ladrones de pacotillas. Si en vez de en Brasil lo hiciera aquí, serían político viendo por la cara. El segundo a los tipos de los compañeros en el concurso y a todos los que van este año de animales. Estribillo. “En cada olita que llega hasta La Caleta va un beso mío”. Terminan su actuación con el popurrí. Traen jaleo en el corazón. Las leyes las marcan ellos mismos. Son felices con muy poco, en la ciudad de Dios. Cuentan todo lo que fabrican para el primer mundo, mientras que ellos viven en la calle. Un capitalismo que los convierte en esclavos. “Que orgullo gritarle al mundo, soy del sur igual que tú”. Si escuchas su canción, te siguen esperando en el mismo rincón.  

Un beso de brasil a la caleta

Abre la sesión de clasificatorias de miércoles 5 de febrero la agrupación cabeza de serie del COAC 2020, la comparsa gaditana, La ciudad de Dios. El pasado año concursaron como Los niños sin nombre. Salen a escena representando a los habitantes de una favela de Rio de Janeiro. Son la voz del negro que con limosnas quieren callar. En el primero de los pasodobles recuerdan el sueño del pasado carnaval, viniendo la cantera y cantando por primera vez en adultos. Muestran su agradecimiento, de la forma que ellos saben, entregando de nuevo a Cádiz su comparsa. En el segundo hablan del concurso del Falla. Dicen que lo que no suena a gaditano es la afición. Mientras cantan hay muchos que tienen su vista en una pantalla. Se acuerdan de los gritos del Pillo y María, animando a los que estaban sobre las tablas. El primer cuplé a que son ladrones de pacotillas. Si en vez de en Brasil lo hiciera aquí, serían político viendo por la cara. El segundo a los tipos de los compañeros en el concurso y a todos los que van este año de animales. Estribillo. “En cada olita que llega hasta La Caleta va un beso mío”. Terminan su actuación con el popurrí. Traen jaleo en el corazón. Las leyes las marcan ellos mismos. Son felices con muy poco, en la ciudad de Dios. Cuentan todo lo que fabrican para el primer mundo, mientras que ellos viven en la calle. Un capitalismo que los convierte en esclavos. “Que orgullo gritarle al mundo, soy del sur igual que tú”. Si escuchas su canción, te siguen esperando en el mismo rincón.