- Crónica
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Llegó la tan esperada fiesta. El Gran Teatro Falla abrió, otro año más, sus puertas para dar cabida a las sesiones del COAC 2014. El telón se alzó y comenzó el protocolario acto de imposición de los cinco Antifaces de Oro del Carnaval de Cádiz. Los agraciados de este año han sido José Chulián Alcántara, José Manuel Escaldón Villegas, Juan Luis Fernández, José Antonio García Molina y Fernando Migueles Santander. La alcaldesa se encargó de imponer la distinción y el concejal de Fiestas, Vicente Sánchez, de entregar un ramo de flores al familiar que acompañaba al distinguido. Sobre el escenario estuvieron también presentes las nueve ninfas y la Diosa del Carnaval del pasado año.
Tras este acto comenzó la sesión propiamente dicha. La agrupación que abrió telón fue el coro La viuda negra. Un coro de chicas alegres vestidas totalmente de negro. El repertorio fue seguido perfectamente por los numerosos asistentes que brindaron a las coristas toda clase de parabienes. La música es obra de Rafael Pastrana Guillén. Tras el coro llegó la primera comparsa. Con el nombre de Afrika se presentó el grupo formado por antiguos componentes de las grandes agrupaciones salidas de la peña portuense de Los Majaras y por socios de dicha entidad. De ahí que el pasodoble de apertura del repertorio estuviera dedicado precisamente a esos grupos. La letra de Luis Ripoll gustó también mucho igual que el resto del repertorio que ha sido muy cuidado y donde las voces de los componentes hacen el resto. Tanto los cuplés como el popurrí fueron ovacionados. La puesta en escena del grupo también es digna de tener en cuenta.
Seguidamente le tocó el turno a una chirigota. También desde la capital gaditana aparecieron sobre el escenario los componentes de Los que siempre la levantan. Un grupo de gitanos deseoso de organizarla con sus cantes y bailes. La actuación fue acogida con muchos aplausos. La primera parte se cerraba con la participación de la comparsa isleña La adormidera. Unos jóvenes morfeos intentaron que el sueño se apoderara de los espectadores, cosa que no consiguieron porque el repertorio que traían preparado salió airoso del trance. Después de unos minutos de descanso comenzó la segunda parte con un nuevo coro. Esta vez el que llevaba por nombre Los bacanales.
La mitología griega en el Carnaval de Cádiz. El coro, voces mixtas, defendió muy bien el repertorio. Tanto los tangos como la tanda de cuplés y el popurrí fueron escuchados con todo respeto y el coro, al final de su actuación, se llevó muchos aplausos. Los disfraces causaron sensación. Tras esta agrupación pisaba las tablas del coliseo la comparsa La mecha. Chicas y chicos, aunque éstos con los instrumentos y entre ellos el autor José Luis Bustelo, disfrazados de soldados artilleros provenientes de cualquier batalla. Buen repertorio donde se nota la mano del conocido autor y músico. Detalle a tener en cuenta: una emotiva letra cantada por el grupo junto a una de sus componentes que con su pequeña hija en los brazos le hacía realidad la promesa que le hizo cuando todavía estaba en su vientre: cantar juntas sobre las tablas del Falla. El público rompió con sus fuertes aplausos la emotividad que se impregnaba en todo el teatro.
La recta final de la sesión estuvo ocupada por dos agrupaciones que llegaban desde las localidades gaditana de Trebujena y la sevillana de Alcalá de Guadaira. La primera fue la chirigota Aquí estoy mejon que afuera, unos delincuentes cantando en el patio de la cárcel, y la segunda la comparsa mixta Los colaos del paraíso. La agrupación trebujenera, pese a la hora, caldeó al público que la despidió entre vítores y una gran ovación. Se escucharon los gritos de ¡Chirigota, chirigota¡ La segunda cumplió a la perfección la función encomendada y recibió también el agrado de los asistentes en forma de aplausos. Un digno repertorio para unos simpáticos ángeles que llegaron a la tierra del ange.